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Wednesday, December 30, 2009

Como Ulises - Javier Krahe

El cuento sobre Penélope y Ulises que incluí de hace unos días me ha recordado esta estupenda canción de Javier Krahe, en la que, con su particular sentido del humor, recrea la historia de Odiseo.

Podéis encontrar la letra aquí.


Monday, December 28, 2009

Paul von Lettow-Vorbeck (II): Guerra de guerrillas

En una entrada anterior habíamos contado como Paul von Lettow-Vorbeck había recibido el mando de las fuerzas alemanas en África Oriental, la Schutztruppe, poco antes del comienzo de la I Guerra Mundial. A pesar de la desproporción de fuerzas, von Lettow rechaza el primer intento de invasión británica en la batalla de Tanga.

Von Lettow pronto se dio cuenta de que era inútil esperar refuerzos ni material desde la metrópoly. Estaba solo, rodeado de territorio hostil y con los británicos dominando las aguas, pero aún así se esforzó en hacer todo lo posible para ayudar a su país. Era consciente de que África era un teatro de operaciones secundario; la guerra iba a decidirse en los campos de batalla de Europa. Decidió entonces que su mejor contribución a la victoria de Alemania era convertirse en una constante molestia para los aliados: cada hombre destinado contra él sería un soldado menos luchando en Europa.

Los alemanes se dedicaron a hostigar las comunicaciones entre los territorios británicos. Al mismo tiempo von Lettow reclutaba nuevos soldados para su Schutztruppe llegando hasta los 14.000 hombres, el 90% de ellos africanos. Del crucero alemán SMS Königsberg rescata sus piezas de artillería, ordenando a los talleres  de Dar es Salaam que construyan carros para transportarlas. Serían las mayores piezas de artillería de todo el frente de África Oriental.

Cañones del Königsberg en tierra. Foto tomada de Wikipedia.

En los primeros combates von Lettow aprende una dolorosa lección: la victoria no compensa la pérdida de hombres bien entrenados que no puede reemplazar. Desde entonces optará por evitar el enfrentamiento directo.

En febrero de 1916 la Entente se decide a acabar de una vez por todas con esta molestia. Manda contra él un ejército de 45.000 hombres, con fuerzas británicas atacando por el norte y el sur, y belgas desde el Congo, en el oeste. Al mando otra leyenda de la historia blanca del continente, el general J.C. Smuts, que había luchado contra Gran Bretaña en la guerra de los Bóers y ahora dirigía las fuerzas de esta nación contra von Lettow.

Reparto colonial de África en 1914. Imagen tomada de How Stuff Works.


Ante esto la Schutztruppe opta por una guerra de guerrillas. Constantemente en movimiento, ataca dónde el enemigo no le espera. A su favor está la alta moral de sus tropas, reforzadas por la admiración que sienten por su comandante que hacen que le sigan a cualquier parte. Von Lettow habla fluidamente swahili y nombra oficiales de color; según sus palabras: “Aquí todos somos africanos”. Aún así en su constante peregrinar evita las regiones de origen de sus soldados para evitar posibles deserciones.

El ejército alemán se ve obligado cada vez más a vivir del terreno. Cuando pueden llevan con ellos ganado para alimentarse, además de lo que pueden cazar. Al atravesar zonas desérticas se ven obligados a beber su propia orina, hacen sus botas con piel de búfalo, y a falta de medicinas utilizan remedios tradicionales con mayor o menor eficacia (el propio von Lettow llega a enfermar hasta diez veces de malaria).

En 1917 el general van Deventer releva a Smut y retoma la ofensiva al mando de 120.000 hombres frente a los escasos 3.000 supervivientes de la Schutztruppe. Von Lettow se ve obligado a retirarse hacia el sur. Entra en el Mozambique portugués, que ha declarado la guerra a Alemania, consiguiendo arrebatar a las guarniciones de allí gran cantidad de material, es especial modernos rifles y suministros médicos. Luego vuelve al África alemana, venciendo cada batalla disputada, y entra en Rodhesia del Norte, siendo el único comandante alemán en la guerra que invade territorio inglés. Allí recibe la noticia del armisticio. Tras plantearse la posibilidad de continuar la guerra por su cuenta, finalmente von Lettow decide deponer las armas. Armas, que al igual que sus ropas o municiones, han sido en un noventa por ciento arrebatadas a sus enemigos. Como comenta el historiador Charles Miller, “Más que rendir sus armas lo que hizo fue devolver artículos prestados».

«Técnicamente hablando», escribe el americano John Gunther, «no fue una rendición, sino que Lettow licenció a sus tropas y se puso a disposición del comandante enemigo». Y Charles Miller señala: «Hubo una ridícula ceremonia: la capitulación de un ejército que no había perdido ante un ejército que no había ganado».

Es fácil escuchar hablar de esta guerra como una guerra de caballeros. En cierta ocasión el general Smut hizo llegar a von Lettow la noticia de que había recibido la Cruz de Hierro acompañada de una felicitación personal. Von Lettow respondió agradeciendo el detalle y afirmando que debía haber un error, ya que él no era merecedor de tan alto honor. Además von Lettow liberaba a los oficiales enemigos bajo promesa de no volver a levantar las armas contra Alemania mientras durase el conflicto. De este modo, además, se ahorraba tener que cargar con los prisioneros durante sus continuas marchas. Eso sí, en ninguna de mis fuentes se menciona nada sobre el trato que se profesaba a los prisioneros nativos.

Esta fachada de caballerosidad no debe ocultar lo que la guerra significó para los verdaderos habitantes del país. Cuando Smuts y, posteriormente, van Deventer fueron conscientes de que no iban a conseguir empujar a von Lettow a un enfrentamiento directo, su estrategia se dirigió contra sus fuentes de alimentos, esperando rendirlos por el hambre. Esto forzó a los alemanes a actuar como saqueadores. Según palabras de Ludwig Deppe, uno de los médicos que acompañaba a la Schutztruppe: “A nuestra espalda dejábamos campos destruidos, graneros saqueados y, en el futuro inmediato, hambre. Ya no éramos emisarios de la cultura, nuestro camino estaba surcado de muerte, pillaje y pueblos evacuados...”

El trato de los habitantes del África Oriental alemana no mejoraba bajo los nuevos dueños del territorio, ya fueran británicos o belgas, que se desentendían de la situación de la población. De hecho, cuando había problemas de suministro, los askari ingleses recurrían al ancestral método de saquear las aldeas vecinas. Finalmente, y como suele suceder, fue la población local la que más sufrió una guerra decidida por personas que vivían a miles de kilómetros de allí.

Actualización: Añado un mapa que muestra la ruta seguida por von Lettow durante la guerra. Lo he encontrado buscando en imágnes de Google y proviene de Jaduland. Lástima que la página esté en alemán (o, más bien, lástima que yo no lo hable).



Fuentes:

Entradas relacionadas:

Sunday, December 27, 2009

Empiezo a preocuparme

Lo que peor llevo de estas fiestas es la cantidad de tiempo que tengo que pasar offline.

¿Sabéis de alguna asociación tipo Internautas Anónimos? ¿Tienen grupo en el Facebook?

Saturday, December 26, 2009

La tela de Penélope o quién engaña a quién

Hace muchos años vivía en Grecia un hombre llamado Ulises (quien a pesar de ser bastante sabio era muy astuto), casado con Penélope, mujer bella y singularmente dotada cuyo único defecto era su desmedida afición a tejer, costumbre gracias a la cual pudo pasar sola largas temporadas.

Dice la leyenda que en cada ocasión en que Ulises con su astucia observaba que a pesar de sus prohibiciones ella se disponía una vez más a iniciar uno de sus interminables tejidos, se le podía ver por las noches preparando a hurtadillas sus botas y una buena barca, hasta que sin decirle nada se iba a recorrer el mundo y a buscarse a sí mismo.

De esta manera ella conseguía mantenerlo alejado mientras coqueteaba con sus pretendientes, haciéndoles creer que tejía mientras Ulises viajaba y no que Ulises viajaba mientras ella tejía, como pudo haber imaginado Homero, que, como se sabe, a veces dormía y no se daba cuenta de nada.

FIN

El libro La oveja negra y demás fábulas de Augusto Monterroso.

Friday, December 25, 2009

Dulce inocencia

¡Oh, papá, cuánto sabes!

Mi hija de tres años después de pedirme que contara hasta quince.

Wednesday, December 23, 2009

Canciones para un día de lluvia: Youmi Kimura y Joe Hisaishi

Tenía guardada esta entrada para otro día, pero hoy han sonado sin buscarlas mientras conducía bajo la lluvia y me han parecido el tipo de canción para escuchar acurrucadito en casa mientras escuchas caer el agua fuera. 

De una de mis películas preferidas, una de mis canciones favoritas: Always with me, interpretada por Youmi Kimura.



La canción aparece en El viaje de Chihiro y está compuesta, como es habitual en las películas de Hayao Miyazaki, por Joe Hisaishi. De este mismo compositor os incluyo un par de canciones más interpretadas por él mismo al piano:

Summer, de la película El verano de Kikujiro de Takeshi Kitano (también me encantó esta película, aunque fui el único de los cuatro que la vimos en el cine -y también uno de los dos que aguantó hasta el final despierto-).



Y One Summer's Day, también de El viaje de Chijiro.



Aunque si hablamos de piano y días de lluvia, mi favorita siempre ha sido ésta.

Tuesday, December 22, 2009

Paul von Lettow-Vorbeck (I): Comienza la guerra en África

Empiezo aquí una serie de entradas dedicadas a contar la historia de Paul von Lettow-Vorbeck, comandante de las fuerzas alemanas en África del Este durante la I Guerra Mundial y considerado como uno de los mejores estrategas de la guerra de guerrilla de la historia. Tras mantener en jaque durante toda la contienda a fuerzas que multiplicaban varias veces su número, viviendo del terreno y combatiendo con las armas que arrebataba a sus enemigos, se rindió al finalizar la guerra sin haber perdido una sola batalla.


Paul Emil von Lettow-Vorbeck nació en Prusia en 1870. Estudió en la Academia Militar de Kassel y combatió en China como miembro de las fuerzas internacionales que vencieron la rebelión de los Boxer. Entre 1904 y 1906 estubo asignado en la actual Namibia durante la insurrección de los Hotentoes y los Herero, cuya represión es considerada como el primer genocidio del siglo XX. Allí aprendió algunas de las tácticas de lucha en la selva y desarrolló una enorme pasión por África. Tras pasar unos años en Alemania, en 1913 recibió el mando de las fuerzas alemanas en África del Este (la parte continental de la actual Tanzania, Burundi y Ruanda).

En los albores de la I Guerra Mundial, von Lettow-Vorbeck estaba al mando de una tropa formada por 260 alemanes y 2.472 soldados nativos, los askari. Aunque escasos en número, formaban una tropa de élite que se había curtido en las feroces luchas contra las tribus nativas, muy frecuentes antes de que Alemania se diese cuenta de que podía ganar más tratando mejor a sus territorios africanos.

Askari significa soldado en swhaili, y era una denominación que usaban tanto alemanes como ingleses. Los askari alemanes estaban entrenados en la lucha de guerrillas, que había sido su forma de combatir durante generaciones, y estaban acostumbrados a vivir sobre el terreno. Las órdenes se daban en alemán, y para las que necesitaban más largas explicaciones se utilizaba el swahili.

Cuando estalló la guerra, von Lettow-Vorbeck secuestró al cónsul general alemán que pretendía rendir el territorio a los ingleses y se preparó para la defensa. Contra él Gran Bretaña mandó una fuerza de unos ocho mil hombres que desembarcaron el 2 de noviembre en las playas de Tanga.

Allí les esperaba von-Lettow con todas las tropas que había logrado distraer del frente norte. Para tener toda la información posible llegó a disfrazarse de nativo y recorrer en bicicleta las calles de la ciudad hasta llegar a las líneas enemigas. A continuación organizó sus tropas, que estaban en proporción de uno a cuatro con respecto a las británicas.

Los soldados indo-británicos avanzaron sobre la ciudad venciendo sin mucha dificultad la resistencia inicial hasta llegar al hotel Detscher Kaiser, donde izaron la Union Jack. En ese instante von Lettow ordenó envolver al flanco británico, mandando a sus tropas atacar con balloneta. Era un todo o nada contra fuerzas muy superiores en número. Los askari se lanzaron a la lucha entre toques de corneta y gritos de guerra. Los soldados indios, soprendidos por la fiereza del ataque, se dispersaron y huyeron hacia las playas, dejando tras de sí abundante armamento y munición, teléfonos de campaña y suficiente ropa como para vestir a las tropas alemanas durante un año.

Von Lettow-Vorbeck había logrado infringir una primera y dolorosa derrota a Gran Bretaña, logrando ganar un poco de tiempo que emplearía en organizarse antes del siguiente golpe, que habría de ser mucho más fuerte.

Como dato curioso, algunas compañías de soldados indios en retirada cruzaron sobre unas colmenas de abejas salvajes, lo que dio pie entre las tropas británicas a la leyenda de que Lettow había llegado incluso a "conjurar a las abejas" en su contra. Este sirvió para dar al episodio el nombre apócrifo de La batalla de las abejas con el que también es conocido.

Fuentes:

Entradas relacionadas:

Monday, December 21, 2009

Freedom

Freedom's just another word 
for nothing left to lose

De la canción Me and Bobby McGee, de Kris Kristofferson y Fred Foster.
Si queréis aquí podéis escuchar la estupenda versión que hizo Janis Joplin en 1973 (y que se convirtió en su gran éxito póstumo).

Sunday, December 20, 2009

Historia de Cecilia

He oído a Lucio Flaco, sumo sacerdote de Marte, referir la historia siguiente: Cecilia, hija de Metelo, quería casar a la hija de su hermana y, según la antigua costumbre, fue a una capilla para recibir un presagio. La doncella estaba de pie y Cecilia sentada y pasó un rato largo sin que se oyera una sola palabra. La sobrina se cansó y le dijo a Cecilia:

-Déjame sentarme un momento.

-Claro que sí, querida -dijo Cecilia-; te dejo mi lugar.

Estas palabras eran el presagio, porque Cecilia murió en breve y la sobrina se casó con el viudo.

Cicerón,
De divinatione, I, 45

Lo conocí gracias a Cuentos breves y extraordinarios, seleccionados por Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares.

Saturday, December 19, 2009

Creo que me estoy curando - Tremendamente

Como a partir de esta entrada están llegando bastantes visitas que buscan al grupo Tremendamente, y aprovechando que hace tiempo que no pongo nada de música, os dejo uno de sus vídeos: Creo que me estoy curando (la canción en sí empieza a los 50 segundos).


Friday, December 18, 2009

Sólo para matemáticos

Ya sé que es restringir un poco los destinatarios (aunque todo lo que aparece en la entrada puede extenderse a otros campos), pero me consta que la mayoría de mis lectores pueden encontrarle la gracia.

En primer lugar os dejo una viñeta bastante ¿reveladora? ¿irónica? ¿descriptiva? que encontré en Ovablastic (dónde no suelen indicar sus fuentes, todo sea dicho). Actualización: por a Tito Eliatron ahora sé que la viñeta proviene de Abstruse Goose. ¡Gracias!



Y a continuación un poco de música: My paper was rejected again (MP3), que he encontrado en Tito Eliatron Dixit:







My paper was rejected again

To the editor, please consider
My paper for review
The manuscript has been prepared
So my identity can’t be deduced

Your website says the turnaround time’s four months
But you’ll be four months overdue
And I’ll be feeling so blue.

And then my paper will be rejected once again

The first round was so maddening
The comments were almost laughable
But that was better than the second round
In which I received no comments at all

I waited for eight months
But no explanation was given
Not a single word of
Constructive criticism

And then my paper was rejected once again

Help me through the night,
Tell me when will this process ever come to an end?
I think my paper’s got it right
But should I throw it into the garbage bin?
Revise and submit to another journal
This process sure feels like it is eternal
But I will resend
And then

My paper will be rejected once again

Wednesday, December 16, 2009

Un sol

Señora, su hijo es un sol: sale y se pone.

De la canción Su hijo es un sol de Tremendamente.

Escuchado en Como lo Oyes de Radio 3.

El mito de Aracne

Aracne era una doncella lidia famosa por su habilidad tejiendo. Pero cuando la alababan diciendo que estaba inspirada por la misma Atenea, diosa de la artesanía (por no hablar de la sabiduría y la guerra, claro), Aracne, altanera, afirmaba que su arte superaba al de la misma diosa.

Y claro, si una cosa no aguantaban los dioses (aparte de a los otros dioses), era que un simple mortal osara ponerse por encima de ellos. Queriendo darle una oportunidad para enmendarse, Atenea se presentó en el taller de Aracne disfrazada de anciana, y le aconsejó que, si bien en su ejecución podía considerarse superior a cualquier otro humano, no era una buena idea enfadar a una diosa por un quítame de ahí esos hilos, y le recomendó retractarse de sus palabras y pedir disculpas a la diosa.

Pero Aracne era demasiado orgullosa para eso, y su osadía llegó al punto de decir que, si tan buena era la diosa con la aguja, estaba dispuesta a competir con ella de igual a igual. Atenea, incapaz de aguantar más, se descubrió causando pavor en todos los presentes salvo en la misma Aracne (cosa que, como podéis imaginar, ayudó a que se enfadara más).

Así pues ambos contenientes se sentaron frente a sendos telares y comenzaron con su obra. Atenea trazó un hermoso tapiz mostrando a los dioses del Olimpo en toda su majestad. Cuando acabó su tarea y se giró, satisfecha, para contemplar el trabajo de su rival, volvió a llenarse de ira. Esa miserable mortal no sólo se había atrevido a superar su ejecución, sino que además su tapiz era un compendio de los más bajos actos de los dioses en su trato con los humanos.

Llena de furia Atenea destrozó el tapiz de Aracne y la golpeó en el rostro. La muchacha, loca de temor, corrió a colgarse con uno de sus hilos. Esto despertó la compasión de Atena; al fin y al cabo había sido vencida justamente. Pero aún así había que castigar el orgullo de la joven, así que, mientras que sostenía los pies de Aracne para que no se ahogase, la condenó a ella y a su descendencia a vivir siempre colgada de sus hilos, transformándola en una araña.

Nota: Podéis encontrar la versión clásica del mito de Aracne en Las metamorfosis de Ovidio.

Monday, December 14, 2009

Animales del Este de África

Stumbleando he encontrado esta preciosa galería de fotos de animales del Este de África. Su autor es el fotógrafo londinés Nick Brandt. Según nos cuenta él mismo:
"Pocos fotógrafos han considerado alguna vez la fotografía de animales salvajes, a distinción del género de fotografía de vida salvaje, como una forma de arte. El énfasis generalmente ha estado en atrapar el drama de los animales salvajes EN ACCIÓN, en capturar ese preciso instante dramático, en oposición a simples animales en su propio ser. Siempre he pensado en esto como una oportunidad desperdiciada."
Además presume de tomar las fotos desde muy cerca, sin utilizar teleobjetivos, para así poder capturar mejor la esencia del animal y su entorno.

Bueno, no os entretengo más y os dejo con tres de las fotos que podéis ver esta página.


 

 

Sunday, December 13, 2009

Víctima de la irracionalidad

Los pitagóricos (siglos V y VI a.C.) creían, entre otras cosas, que el universo se funda en los números, y todo lo que él contiene puede expresarse mediante números o sus proporciones (números racionales). Por eso no les sentó nada bien cuando uno de los suyos, Hipaso de Metaponto, descubrió que había cantidades, como la diagonal del cuadrado unidad, que no podían expresarse mediante proporciones (números irracionales). Cuenta la leyenda que Hipaso se lo contó a sus compañeros mientras realizaban un viaje en barco. Los demás pitagóricos se enfadaron tanto ante tamaña afrenta a una de sus principales creencias que arrojaron a Hipaso por la borda. Podemos decir entonces que Hipaso fue una víctima de la irracionalidad... de sus correligionarios.

Nota: Existen varias versiones de la historia de Hipaso. Yo os he reproducido la más teatral, aunque también se dice que su descubrimiento sólo ocasionó su expulsion de la secta, que sus compañeros cavaran una tumba con su nombre para expresar su rechazo, o que avergonzado por su descubrimiento acabó suicidándose. El juego de palabras que da título a la entrada lo he tomado de la Historia de las Mátemáticas en los últimos 10.000 años de Ian Stewart.

Friday, December 11, 2009

Eternal Sunshine of the Spotless Mind

Hace dos días escuché en el telediario:
Consiguen borrar los malos recuerdos 
10-12-2009. Un equipo de científicos de la Universidad de Nueva York ha conseguido borrar los malos recuerdos de sus pacientes sin necesidad de fármacos. Y lo han hecho con un simple cuadrado amarillo.
Podéis ver el vídeo de la noticia aquí, aunque no está muy bien explicado. En esta página lo desarrollan un poco más. También podéis encontrar por ahí artículos más antiguos sobre el borrado de malos recuerdos usando drogas.

Aunque, al margen de las connotaciones de la noticia, a mí lo primero que me vino a la mente fue la película Eternal Sunshine of the Spotless Mind (2004) que dirigió Michel Gondry sobre un estupendo guión de Charlie Kaufman. En la película (ATENCIÓN, DETALLES DE LA TRAMA) una pareja que ha llegado traumáticamente al final de su relación decide cada uno borrar al otro de su mente usando una nueva tecnología.

Por cierto, que el poético título fue cambiado en España por ¡Olvídate de mí!; un gallifante para el genio que adaptó el título y que casi consiguió evitar que viera la película. Aunque claro, igual atrajo a más gente que no hubiera ido a verla de haber sabido dónde se metía. Y ahora, aparte de recomendaros que la veáis si aún no lo habéis hecho, os dejo algunas frases de la película que he encontrado en Wikiquote:
"Muchos hombres creen que soy un concepto, o que quizás les complemento, o que voy a darles vida. Sólo soy una mujer jodida que busca su propia paz de espíritu, no me asignes la tuya..."
"Qué desperdicio haberte pasado tanto tiempo con una persona para descubrir que es una extraña."
"Vuelve y al menos inventa una despedida, finjamos que la tuvimos."

Calvin & Hobbes & Maths

Ayer encontré, medio de casualidad, esta tira de Calvin y Hobbes en Ovablastic:



Y me acordé de estas otras que recopilé hace un tiempo, todas referentes a las matemáticas:



 

 

Wednesday, December 9, 2009

Juicio de Dios (o casi)

En la Edad Media, un juicio de Dios u ordalía consistía en someter al acusado a una prueba en la que, de ser inocente, sería ayudado por Dios. Solía basarse en algo relacionado con el fuego, como sujetar un hierro candente (de ahí la expresión poner la mano en el fuego); si el reo era inocente Dios le libraría de las quemaduras.

Una variante del juicio de Dios, que es la que nos interesa hoy, era el duelo de Dios, en la que dos ejércitos confiaban la suerte de la batalla a un enfrentamiento entre dos campeones. Evidentemente Dios no permitiría que resultarse vencedor quien no lo mereciera.

Hoy quiero contaros una de las últimas apelaciones a un juicio de Dios para resolver una guerra entre dos reyes: Carlos de Anjou, rey de Sicilia, y Pedro III de Aragón. Ahora bien, una cosa era acordar un juicio de Dios y otra muy distinta estar dispuesto a someterse a él. Dejad que os ponga un poco en situación:

En 1282 Sicilia es un campo de batalla entre Carlos I de Sicilia y Pedro III de Aragón. Los sicilianos se habían rebelado contra el primero y llamado al segundo en su ayuda. Pero ninguno de los dos reyes es lo bastante fuerte como para doblegar al otro, el conflicto se alarga y los fondos de ambos empiezan a agotarse. En estas circunstancias Carlos I hace llegar una oferta a su rival: que la guerra se decida mediante un enfrentamiento entre ambos reyes. Como Pedro es quince años más joven, acuerdan que cada bando elija a cien campeones para acompañar a su soberano.

Conforme se acerca la fecha señalada los dos reyes están cada vez menos convencidos de la idea. Sin embargo, echarse atrás acarrearía un gran desprestigio, así que hay que llevar la comedia hasta el final. Ambos reúnen a sus caballeros y se dirigen hacia Burdeos, lugar elegido como sede del duelo. A partir de aquí os remito a la narración que hace Sir Steven Runciman en su libro Las Vísperas Sicilianas:

"La fecha del combate se había fijado para el 1 de junio, pero, desgraciadamente, no se había determinado la hora. El rey Pedro y su gente llegaron por la mañana temprano a la liza y no encontraron a nadie. Sus heraldos anunciaron formalmente su presencia. Después, Pedro regresó a su alojamiento y publicó una declaración en la que decía que su contrincante no se había presentado en el lugar fijado. Por tanto, la victoria era suya. Unas horas más tarde, el rey Carlos llegó con todo su séquito y siguió exactamente el mismo procedimiento. Él también había conseguido la victoria. Los reyes rivales salieron de Burdeos unos días después, llamándose mutuamente cobardes que no se habían atrevido a enfrentarse al juicio de Dios."

Tuesday, December 8, 2009

El rey de Tailandia

En su libro de memorias Sea breve, por favor, Václav Havel (dramaturgo, líder opositor al gobierno comunista y último presidente de Checoslovaquia y primero de la República Checa) transcribe la siguiente nota enviada a los miembros de su departamento en 1994:
"Como todos sabéis, soy una persona que tiene curiosidad por todo, nada me sorprende ya. Por eso, mientras caminaba por la famosa avenida de Bangkok, que todos conocéis, me dolió en el corazón el hecho de pasar por delante de los callejones del sexo. ¡Cuánto me hubiera gustado entrar a verlos, era la oportunidad de mi vida! Pero sabía que era huésped del rey, que el monarca estaba informado de cada uno de mis movimientos y que, simplemente, no podía permitírmelo. ¿Por qué hago este comentario? Considero desafortunado que casi toda mi delegación, con el ministro de Economía al frente, visitara los lugares mencionados [...] y que además tomaran fotos. [...] No sé lo que debió pensar al respecto el rey de Tailandia. [...]"

Sunday, December 6, 2009

Curb your enthusiams (Larry David)

A ver cómo lo digo... No me ha gustado Curb your enthusiams. Ya está. No ha sido tan difícil.

Y es que uno casi se siente mal diciéndolo. Estamos hablando de una de las series favoritas de la crítica, con siete temporadas a sus espaldas y reciéntemente elegida como una de las mejores de la década. Y, además, ¡escrita y protagonizada por uno de los creadores de Seinfeld, mi serie de referencia durante mucho tiempo!



Pero lo que no puede ser, no puede ser, y Curb your enthusiams se ha sumado a mi lista de series ensalzadas por la crítica que me dejan indiferente (junto con Breaking Bad y Entourage, aunque confesar esto seguramente haga que haya quien me borre de su lista de recomendadores). Creedlo, a mí me duele más que a vosotros.

Curb your enthusiams cuenta la vida de Larry David, cómico, guionista y productor que juega a interpretarse a sí mismo (o, más bien, crea un personaje que hace pasar por él). Esto le da margen para la aparcición ocasional de figuras de la pantalla como Ted Danson o varios de los actores del reparto de Seinfeld, serie de la que, como he dicho antes, fue uno de los creadores. Al igual que Seinfeld, Larry David basa su comicidad en los diálogos y en situar a sus personajes en una situación en principio normal que va retorciéndose hasta el absurdo.

Pero lo que en Seinfeld me provocaba la carcajada aquí apenas despierta una sonrisa. La serie depende demasiado de su personaje principal que no llega a generarme la empatía suficiente como para meterme en su historia. Lo mismo sucedía en Seinfeld, pero allí el protagonista estaba rodeado por un estupendo abanico de secundarios que acababan apropiándose de la pantalla.

Te recuerdo Amanda - Víctor Jara

Ayer volvieron a enterrar a Víctor Jara, cantautor chileno torturado y asesinado durante el golpe de estado que derrocó en 1973 al gobierno democrático de Salvador Allende en Chile. Como recuerdo y homenaje os incluyo la que probablemente sea su canción más conocida.


Saturday, December 5, 2009

Idea

Una divertida teoría sobre el nacimiento del canon digital en un corto de Alejandro Pérez.


Aunque no se distingue bien, los actores están saliendo de una oficina con el logotipo SGAE.

Friday, December 4, 2009

Pigeon: Impossible

Este jueves Esta semana os traigo un divertido corto de animación que ha conocido recientemente sus 6:15 minutos de gloria en internet: Pigeon: Impossible (2009), de Lucas Martell, que descubrí en Punto Geek.

Wednesday, December 2, 2009

El mundo es ancho y ajeno

En el capítulo XL, de la Vida nueva, Dante refiere que al recorrer las calles de Florencia vio unos peregrinos y pensó con algún asombro que ninguno de ellos había oído hablar de Beatriz Portinari, que tanto preocupaba su pensamiento.

B. Suárez Lynch,
Estudios dantescos (Buenos Aires, 1891).

Extraído de Cuentos breves y extraordinarios, seleccionados por Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares.

Sunday, November 29, 2009

El efecto Forer

Hace poco alguien me preguntó mi horóscopo chino para leerme la descripción de mi signo. Mi respuesta fue "coge uno al azar, va a servir lo mismo". Un par de días después leí un artículo muy en consonancia con esto en Las penas del Agente Smith. En él habla de un curioso experimento realizado por el profesor de psicología Bertram Forer en 1948. Éste repartió un texto entre sus alumnos, pidiendo que lo valorasen entre 0 (no se me parece en nada) y 5 (¡ése soy yo!), que venía a ser más o menos así:
Tienes la necesidad de que otras personas te admiren, pero tiendes a ser crítico contigo mismo. Aunque tienes algunas debilidades en tu personalidad, generalmente eres capaz de compensarlas. Tienes unas habilidades no explotadas que no has utilizado para tu propia ventaja. Disciplinado y autocontrolado en la apariencia exterior, tiendes a estar preocupado y a sentirte inseguro por dentro. A veces dudas acerca de si has tomado la decisión acertada o hecho lo correcto. Prefieres una cierta cantidad de cambios y de variedad y no te encuentras satisfecho si estás muy limitado o restringido. Te enorgulleces de ser un pensador independiente y no aceptas las afirmaciones de los demás sin una prueba independiente. Por otra parte, has descubierto que no es sabio mostrarte a los demás con demasiada franqueza. A veces eres extrovertido, afable y sociable, pero otras eres introvertido, cauto y reservado. Algunas de tus aspiraciones tienden a ser poco realistas.
La media de las puntuaciones fue de 4.26, pero el texto era el mismo para todos los alumnos; una mezcolanza de diversas frases tomadas de una revista de horóscopos.

Picado por la curiosidad me puse a buscar un poco más por la red. Así me enteré de que el experimento anterior dio nombre al efecto Forer que, según la Wikipedia, puede definirse como
...la observación de que los individuos darán aprobación de alta precisión a descripciones de su personalidad que supuestamente han sido realizadas específicamente para ellos, pero que en realidad son generales y suficientemente vagas como para ser aplicadas a un amplio espectro de gente.
El efecto Forer (también llamado falacia de validación personal o el efecto Barnum, por P. T. Barnum) es ampliamente usado por escritores de horóscopos, síquicos, mentalistas, videntes y demás charlatanes a la hora de engañar a sus víctimas.

Rompenieves

Era invierno, el aire frío, el viento cortante, pero en el hogar se estaba caliente y a gusto, y la flor yacía en su casita, encerrada en su bulbo, bajo la tierra y la nieve.

Un día llovió, las gotas atravesaron la capa de nieve y penetraron en la tierra, tocaron el bulbo y le hablaron del luminoso mundo de allá arriba; poco después, un rayo de sol taladró a su vez la nieve y fue a llamar a la corteza del bulbo.

-¡Adelante! -dijo la flor.

-No puedo -respondió el rayo de sol-. No tengo bastante fuerza para abrir. Hasta el verano no seré fuerte.

-¿Cuándo llegará el verano? -preguntó la flor, y fue repitiendo la misma pregunta cada vez que llegaba un nuevo rayo de sol. Pero faltaba aún mucho para el verano. El suelo estaba cubierto de un manto de nieve, y todas las noches se helaba el agua.

-¡Cuánto tarda, cuánto tarda! -se lamentaba la flor-. Siento un cosquilleo, no puedo estar quieta, necesito estirarme, abrir, salir afuera, ir a dar los buenos días al verano. ¡Qué tiempo más feliz será!

Y la flor venga agitarse y estirarse contra la delgada envoltura, que el agua reblandecía desde fuera y la nieve y la tierra calentaban, aquella tierra en la que el sol ya había penetrado. Iba encaramándose bajo la nieve, con una yema verde y blanquecina en el extremo del verde tallo, con hojas estrechas y jugosas que parecían querer protegerla. La nieve era fría, pero estaba bañada de luz; por eso era fácil atravesarla, y la flor sintió que el rayo de sol tenía más fuerza que antes.

-¡Bienvenida, bienvenida! -cantaban y decían todos los rayos, mientras la flor se elevaba por encima de la nieve, asomando al mundo luminoso. Los rayos la acariciaban y besaban, impulsándola a abrirse del todo, blanca como la nieve y adornada con fajas verdes. Inclinó la cabeza, gozosa y humilde.

-¡Magnífica flor! -cantaban los rayos del sol-. ¡Qué pura y delicada! Eres la primera, la única. ¡Eres nuestro amor! Tú anuncias el verano, el verano espléndido, que llega a los campos y a las ciudades. Toda la nieve se fundirá, y los vientos fríos serán expulsados. Nosotros seremos los reyes. ¡Todo reverdecerá! Y tú tendrás compañeras: lilas, codesos y rosas. Pero tú eres la primera, pura y delicada.

Reinaba una gran alegría. Era como si el aire cantase y vibrase, como si los rayos de luz penetrasen en sus hojas y en su tallo. Ella se levantaba fina y ligera, frágil y, no obstante, vigorosa en su joven belleza; vestida de blanco con franjas verdes, cantaba los loores del verano. Y, sin embargo, faltaba aún mucho tiempo; espesas nubes ocultaban el sol, y soplaban vientos acerados.

-¡Viniste demasiado pronto! -decían el viento y el tiempo-. Todavía dominamos nosotros. Sentirás nuestro poder y te someterás a él. Debieras haberte quedado en casita, sin apresurarte a lucir tus galas. ¡No es hora todavía!

El frío era cortante. Los días que siguieron no aportaron ni un rayo de sol. Menuda como era la florecilla, corría peligro de helarse; pero tenía fuerzas, más de las que ella misma pensaba. Era fuerte en su alegría y su fe en el verano, que un día u otro tenía que llegar; se lo anunciaba una honda inquietud, y se lo había pronosticado aquel sol primero. Por eso seguía confiada, vestida de blanco en medio de la blanca nieve, doblando la cabeza cuando caían los copos, espesos y pesados, y soplaban sobre ella los gélidos vientos.

-¡Te quebrarás! -decían éstos-, ¡te perderás, morirás! ¿Qué viniste a buscar aquí fuera? ¿Por qué cediste a la tentación? El sol se ha burlado de ti. ¡Mal vas a pasarlo, loca de verano!.

-¡Loca de verano! -repitió ella bajo el frío de la mañana.

-¡Loca de verano! -exclamaron jubilosos unos chiquillos que acudieron al jardín-. ¡Miradla qué bonita, qué hermosa; la primera, la única!

Aquellas palabras hicieron un gran bien a la flor; fueron como cálidos rayos de sol. En su alegría, ni siquiera se dio cuenta de que la cortaban. Quedó en una mano infantil, la besaron unos labios de niña. Llevada a una habitación caliente, la contemplaron unos ojos dulces y fue puesta en agua, un agua reconfortante y vivificadora. La flor creyó que la habían transportado al pleno verano. La hija de la casa, una niña encantadora, acababa de recibir la confirmación. Tenía un amiguito muy simpático, recién confirmado también y que iba ya al colegio. «¡Será mi loca de verano!», dijo la pequeña, y, cogiendo la florecilla, la envolvió en un papel perfumado que tenía escritos unos versos sobre la flor. Empezaban con loca de verano y terminaban con loca de verano; y luego decía: «¡Amigo mío, sé un loco de invierno!». Todo estaba puesto en verso; doblaron el papel en forma de carta, con la flor dentro. La envolvía la oscuridad, una oscuridad semejante a la del interior del bulbo. La flor se fue de viaje, en un saco postal, comprimida y apretada. No era agradable, pero todo tiene su fin.

Efectuado el viaje, la carta fue abierta y leída por el amigo, cuya alegría fue tal, que besó la flor y la depositó luego, junto con el papel, en un cajón que contenía otras varias cartas muy hermosas, aunque sin flores. Ella era la primera, la única, como la habían llamado los rayos del sol; y era un placer recordarlo.

Tuvo mucho tiempo para entregarse a aquel recuerdo, mientras pasaba el verano y después el largo invierno. Al llegar el nuevo verano fue sacada a la luz. Pero el humor del muchacho había cambiado: cogió las cartas con rudeza y tiró los versos, con lo que la flor se vino al suelo. Cierto que estaba aplastada y marchita, pero esto no era motivo para que la trataran así. Pero mejor era aquello que ir a parar al fuego, como les sucedió a los versos y a las cartas. ¿Qué había ocurrido? Lo de siempre. La flor se había burlado de él, era una broma; y la muchacha se había burlado de él, pero eso no era una broma. Al llegar el verano había elegido a otro amigo.

Por la mañana el sol brilló sobre la campanilla comprimida, que parecía pintada en el suelo. La criada la recogió al barrer y la puso en uno de los libros de encima de la mesa, creyendo que se habría caído al cambiarlos de sitio. Y otra vez se encontró la flor entre versos impresos, más distinguidos todavía que los manuscritos; por lo menos se pagan más.

Pasaron años, y el libro siguió en su anaquel. Un día lo sacaron, abrieron y leyeron. Era un buen libro: poemas y canciones del poeta danés Ambrosio Stub, muy digno de ser conocido. Y el hombre que lo leía, al volver una página dijo:

-¡Toma, aquí hay una flor! Una loca de verano. Sin duda la pusieron aquí adrede. ¡Pobre Ambrosio Stub! También él fue un loco de verano, un poeta antes de tiempo. Se anticipó a su época, y hubo de aguantar nevadas y frías ventoleras, yendo de cortijo en cortijo por tierras de Fionia, como flor en florero, flor en carta rimada. Loco de verano, loco de invierno, broma y bufonada, y, no obstante, el primero, el único, el poeta danés que más frescor juvenil respira. Sigue como señal en el libro, pequeña campanilla blanca; con intención te pusieron en él.

Y la campanilla fue dejada en el libro, y se sintió honrada y contenta, sabiendo que era una señal en el hermoso volumen de poesías, y que aquel que por primera vez la había cantado y escrito sobre ella, había sido también un loco de verano, e incluso en invierno había pasado por loco. La flor lo comprendía a su manera, como todos comprendemos las cosas a la nuestra.

Y éste es el cuento del rompenieves, de la campanilla blanca, de la loca de verano.

Hans Christian Andersen

Visto en Ciudad Seva.

Thursday, November 26, 2009

Bohemian Muppsody

Para empezar este finde con buen humor os dejo la estupenda versión del Bohemian Rhapsody que han hecho... los Teleñecos.



El vídeo lo descubrí en Alt1040. Y si después os quedáis como yo con ganas de volver a ver el vídeo original, os lo he incluido después del "Sigue leyendo".


Le P'tit Bal

Le P'tit Bal (1995) de Philippe Decouflé no es exactamente un corto (hoy es jueves y toca), pero tampoco es un vídeo musical. Cuando lo vi por primera vez en Metrópolis (hace un siglo o así) lo calificaron de videodanza. Pero sea lo que sea me gusta, ya me diréis qué os parece a vosotros.


Monday, November 23, 2009

La Llave de la Felicidad

El Divino se sentía solo y quería hallarse acompañado. Entonces decidió crear unos seres que pudieran hacerle compañía. Pero cierto día, estos seres encontraron la llave de la felicidad, siguieron el camino hacia el Divino y se reabsorbieron en Él. Dios se quedó triste, nuevamente solo. Reflexionó. Pensó que había llegado el momento de crear al ser humano, pero temió que éste pudiera descubrir la llave de la felicidad, encontrar el camino hacia Él y volver a quedarse solo. Siguió reflexionando y se preguntó dónde podría ocultar la llave de la felicidad para que el hombre no diese con ella. Tenía, desde luego, que esconderla en un lugar recóndito donde el hombre no pudiese hallarla. Primero pensó en ocultarla en el fondo del mar; luego, en una caverna de los Himalayas; después, en un remotísimo confín del espacio sideral. Pero no se sintió satisfecho con estos lugares. Pasó toda la noche en vela, preguntándose cual sería el lugar seguro para ocultar la llave de la felicidad. Pensó que el hombre terminaría descendiendo a lo más abismal de los océanos y que allí la llave no estaría segura. Tampoco lo estaría en una gruta de los Himalayas, porque antes o después hallaría esas tierras. Ni siquiera estaría bien oculta en los vastos espacios siderales, porque un día el hombre exploraría todo el universo. "¿Dónde ocultarla?", continuaba preguntándose al amanecer. Y cuando el sol comenzaba a disipar la bruma matutina, al Divino se le ocurrió de súbito el único lugar en el que el hombre no buscaría la llave de la felicidad: dentro del hombre mismo. Creó al ser humano y en su interior colocó la llave de la felicidad.

Cuento de la tradición oral hindú 

Esta entrada va con un beso para mi amiga M. Ángeles, que siempre ha sabido dónde hay que buscar (lo difícil luego es encontrarla, claro).

Saber elegir

Si creen que la investigación y la educación son caras, prueben con la ignorancia y la mediocridad. 


La leí en Las penas del Agente Smith, sacada a su vez de El País.

Funda de CD/DVD de papel

¿Quien no ha tenido que meter un DVD en una hoja doblada de mala manera por no tener una funda a mano? Hoy en La Canción de Malapata: educa y entretiene cómo hacer una funda de papel para transportar / guardar tus CDs y DVDs. Lo vi hace tiempo en Alt1040 pero recientemente tuve necesidad de una y os aseguro que van estupendamente y son fáciles de hacer.


Sunday, November 22, 2009

Vivamos

Ocho días de vida valen más que ocho días de gloria después de la muerte.

Charles de Saint-Évremond, libertino francés del S. XVI XVII.

Otra frase más que he encontrado en La crisis de la conciencia europea, de Paul Hazard (gracias Jorge por la recomendación).

Saturday, November 21, 2009

El problema de los niños

Hoy os traigo un extracto de El otoño del patriarca de Gabriel García Márquez. Esta novela tiene para mí una significación especial, ya que fue el primer libro que leí que no entraba en la categoría de literatura juvenil, y supuso un abrir los ojos a que había no sólo otras historias sino también otras formas de contarlas.

...andaba tan aturdido con aquella restauración febril, tan absorto en su empeño y tan desentendido de otros asuntos menores del estado que se dio de bruces contra la realidad cuando un edecán distraído le comentó por error el problema de los niños y él preguntó desde las nebulosas que cuáles niños, los niños mi general, pero cuáles carajo, porque hasta entonces le habían ocultado que el ejército mantenía bajo custodia secreta a los niños que sacaban los números de la lotería por temor de que contaran por qué ganaba siempre el billete presidencial, a los padres que reclamaban les contestaron que no era cierto mientras concebían una respuesta mejor, les decían que eran infundios de apátridas, calumnias de la oposición; y a los que se amotinaron frente a un cuartel los rechazaron con cargas de mortero y hubo una matanza pública que también le habíamos ocultado para no molestarlo mi general, pues la verdad es que los niños estaban encerrados en las bóvedas de la fortaleza del puerto, en las mejores condiciones, con un ánimo excelente y muy buena salud, pero la vaina es que ahora no sabemos qué hacer con ellos mi general, y eran como dos mil.

El método infalible para ganar se la lotería se le había ocurrido a él sin buscarlo, observando los números damasquinados de las bolas de billar, y había sido una idea tan sencilla y deslumbrante que él mismo no podía creerlo cuando vio la muchedumbre ansiosa que desbordaba la Plaza de Armas desde el mediodía sacando las cuentas anticipadas del milagro bajo el sol abrasante con clamores de gratitud y letreros pintados de gloria eterna al magnánimo que reparte la felicidad, vinieron músicos y maromeros, cantinas y fritangas, ruletas anacrónicas y descoloridas loterías de animales, escombros de otros mundo y otros tiempos que merodeaban en los contornos de la fortuna tratando de medrar con las migajas de tantas ilusiones, abrieron el balcón a las tres, hicieron subir tres niños menores de siete años escogidos al azar por la propia muchedumbre para que no hubiera dudas de la honradez del método, le entregaban a cada niño un talego de un color distinto después de comprobar ante testigos calificados que había diez bolas de billar numeradas del uno al cero dentro de cada talego, atención, señoras y señores, la multitud no respiraba, cada niño con los ojos vendados va a sacar una bola de cada talego, primero el niño del talego azul, luego el del rojo y por último el del amarillo, uno después del otro los tres niños metían la mano en su talego, sentían en el fondo nueve bolas iguales y una bola helada, y cumpliendo la orden que les habíamos dado en secreto cogían la bola helada, se la mostraban a la muchedumbre, la cantaban, y así sacaban las tres bolas mantenidas en hielo durante varios días con los tres números del billete que él se había reservado, pero nunca pensamos que los niños podían contarlo mi general, se nos había ocurrido tan tarde que no tuvieron otro recurso que esconderlos de tres en tres, y luego de cinco en cinco, y luego de veinte en veinte, imagínese mi general, pues tirando del hilo del enredo él acabó por descubrir que todos los oficiales del mando supremo de las fuerzas de tierra mar y aire estaban implicados en la pesca milagrosa de la lotería nacional, se enteró de que los primeros niños subieron al balcón con la anuencia de sus padres e inclusive entrenados por ellos en la ciencia ilusoria de conocer al tacto los números damasquinados en marfil, pero que a los siguientes los hicieron subir a la fuerza porque se había divulgado el rumor de que los niños que subían una vez no volvían a bajar, sus padres los escondían, los sepultaban vivos mientras pasaban las patrullas de asalto que los buscaban a medianoche, las tropas de emergencia no acordonaban la Plaza de Armas para encauzar el delirio público, como a él le decían, sino para tener a raya a las muchedumbres que arriaban como recuas de ganado con amenazas de muerte, los diplomáticos que habían solicitado audiencia para mediar en el conflicto tropezaron con el absurdo de que los propios funcionarios les daban como ciertas las leyendas de sus enfermedades raras, que él no podía recibirlos porque le habían proliferado sapos en la barriga, que no podía dormir sino de pie para no lastimarse con las crestas de iguana que le crecían en las vértebras, le habían escondido los mensajes de protestas y súplicas del mundo entero, le habían ocultado un telegrama del Sumo Pontífice en el que se expresaba nuestra angustia apostólica por el destino de los inocentes, no había espacio en las cárceles para más padres rebeldes mi general, no había más niños para el sorteo del lunes, carajo, en qué vaina nos hemos metido. Con todo, él no midió la verdadera profundidad del abismo mientras no vio a los niños atascados como reses de matadero en el patio interior de la fortaleza del puerto, los vio salir de las bóvedas como una estampida de cabras ofuscadas por el deslumbramiento solar después de tantos meses de terror nocturno, se extraviaron en la luz, eran tantos al mismo tiempo que él no los vio como dos mil criaturas separadas sino como un inmenso animal sin forma que exhalaba un tufo impersonal de pellejo asoleado y hacía un rumor de aguas profundas y cuya naturaleza múltiple lo ponía a salvo de la destrucción, porque no era posible acabar con semejante cantidad de vida sin dejar un rastro de horror que había de darle la vuelta a la tierra, carajo, no había nada que hacer, y con aquella convicción reunió al mando supremo, catorce comandantes trémulos que nunca fueron tan temibles porque nunca estuvieron tan asustados, se tomó todo su tiempo para escrutar los ojos de cada uno, uno por uno, y entonces comprendió que estaba solo contra todos, así que permaneció con la cabeza erguida, endureció la voz, los exhortó a la unidad ahora más que nunca por el buen nombre y el honor de las fuerzas armadas, los absolvió de toda culpa con el puño cerrado sobre la mesa para que no le conocieran el temblor de la incertidumbre y les ordenó en consecuencia que continuaran en sus puestos cumpliendo con sus deberes con tanto celo y tanta autoridad como siempre lo habían hecho, porque mi decisión superior e irrevocable es que aquí no ha pasado nada, se suspende la sesión, yo respondo. Como simple medida de precaución sacó a los niños de la fortaleza del puerto y los mandó en furgones nocturnos a las regiones menos habitadas del país mientras él se enfrentaba al temporal desatado por la declaración oficial y solemne de que no era cierto, no sólo no había niños en poder de las autoridades sino que no quedaba un solo preso de ninguna clase en las cárceles, el infundio del secuestro masivo era una infamia de apátridas para turbar los ánimos, las puertas del país están abiertas para que se establezca la verdad, que vengan a buscarla, vinieron, vino una comisión de la Sociedad de Naciones que removió las piedras más ocultas del país e interrogó como quiso a quienes quiso con tanta minuciosidad que Bendición Alvarado había de preguntar quiénes eran aquellos intrusos vestidos de espiritistas que entraron en su casa buscando dos mil niños debajo de las camas, en el canasto de la costura, en los fraseos de pinceles, y que al final dieron fe pública de que habían encontrado las cárceles clausuradas, la patria en paz, cada cosa en su puesto, y no habían hallado ningún indicio para confirmar la suspicacia pública de que se hubieran o se hubiese violado de intención o de obra por acción u omisión los principios de los derechos humanos, duerma tranquilo, general, se fueron, él los despidió desde la ventana con un pañuelo de orillas bordadas y con la sensación de alivio de algo que terminaba para siempre, adiós, pendejos, mar tranquilo y próspero viaje, suspiró, se acabó la vaina, pero el general Rodrigo de Aguilar le recordó que no, que la vaina no se había acabado porque aún quedan los niños mi general, y él se dio una palmada en la frente, carajo, lo había olvidado por completo, qué hacemos con los niños. Tratando de liberarse de aquel mal pensamiento mientras se le ocurría una fórmula drástica había hecho que sacaran a los niños del escondite de la selva y los llevaran en sentido contrario a las provincias de las lluvias perpetuas donde no hubiera vientos infidentes que divulgaran sus voces, donde los animales de la tierra se pudrían caminando y crecían lirios en las palabras y los pulpos nadaban entre los árboles, había ordenado que los llevaran a las grutas andinas de las nieblas perpetuas para que nadie supiera dónde estaban, que los cambiaran de los turbios noviembres de putrefacción a los febreros de días horizontales para que nadie supiera cuándo estaban, les mandó perlas de quinina y mantas de lana cuando supo que tiritaban de calenturas porque estuvieron días y días escondidos en los arrozales con el lodo al cuello para que no los descubrieran los aeroplanos de la Cruz Roja, había hecho teñir de colorado la claridad del sol y el resplandor de las estrellas para curarles la escarlatina, los había hecho fumigar desde el aire con polvos de insecticida para que no se los comiera el pulgón de los platanales, les mandaba lluvias de caramelos y nevadas de helados de crema desde los aviones y paracaídas cargados de juguetes de Navidad para tenerlos contentos mientras se le ocurría una solución mágica, y así se fue poniendo a salvo del maleficio de su memoria, los olvidó, se sumergió en la ciénaga desolada de incontables noches iguales de sus insomnios domésticos,  (...) cesó el dolor, pero volvió al instante con un relámpago de pánico cuando entró por la ventana el ramalazo de un viento de más allá de los confines de los desiertos de salitre y esparció en el dormitorio el aserrín de una canción de muchedumbres tiernas que preguntaban por un caballero que se fue a la guerra que suspiraban qué dolor qué pena que se subieron a una torre para ver que viniera que lo vieron volver que ya volvió que bueno en una caja de terciopelo qué dolor qué duelo, y era un coro de voces tan numerosas y distantes que él se hubiera dormido con la ilusión de que estaban cantando las estrellas, pero se incorporó iracundo, ya no más, carajo, gritó, o ellos o yo, gritó, y fueron ellos, pues antes del amanecer ordenó que metieran a los niños en una barcaza cargada de cemento, los llevaron cantando hasta los límites de las aguas territoriales, los hicieran volar con una carga de dinamita sin darles tiempo de sufrir mientras seguían cantando, y cuando los tres oficiales que ejecutaron el crimen se cuadraron frente a él con la novedad mi general de que su orden había sido cumplida, los ascendió dos grados y les impuso la medalla de la lealtad, pero luego los hizo fusilar sin honor como a delincuentes comunes porque hay órdenes que se pueden dar pero no se pueden cumplir, carajo, pobres criaturas.

Friday, November 20, 2009

Scary Mary

¿Mary Poppins una película de terror? Pues habrá quien afirme haberlo sostenido siempre. Para ellos (y todos los demás) un peculiar trailer que realmente asusta (y que he descubierto en Lo que yo te diga).




Éste vídeo es uno más de los llamados recuts: falsos trailers que consiguen dar la vuelta a la idea original usando imágenes de la misma película. Otro que me gusta mucho es el que convierte El resplandor en una película romántica.


Wednesday, November 18, 2009

La duda es el principio de la ciencia

La duda es el principio de la ciencia; quien no duda de nada, no examina nada; quien no examina nada, no descubre nada; quien no descubre nada, es ciego y permanace ciego.

Chardin
La frase la he leído en La crisis de la conciencia europea, de Paul Hazard, que la menciona sin dar ningún dato sobre la indentidad de Chardin. Buscando por Wikipedia he encontrado a varios Chardin, uno de los cuales vivió en la época que retrata el libro. Se trata de Jean Chardin, explorador francés que vivió entre los siglos XVI y XVII y publicó un libro que llegó a hacerse muy popular en su época narrando sus viajes por Persia. Protestante, su religión le obligó a huir a Inglaterra, donde llegó a alcanzar el título de Lord.

Tuesday, November 17, 2009

La mosca que soñaba que era un águila

Había una vez una Mosca que todas las noches soñaba que era un Águila y que se encontraba volando por los Alpes y por los Andes.

En los primeros momentos esto la volvía loca de felicidad; pero pasado un tiempo le causaba una sensación de angustia, pues hallaba las alas demasiado grandes, el cuerpo demasiado pesado, el pico demasiado duro y las garras demasiado fuertes; bueno, que todo ese gran aparato le impedía posarse a gusto sobre los ricos pasteles o sobre las inmundicias humanas, así como sufrir a conciencia dándose topes contra los vidrios de su cuarto.

En realidad no quería andar en las grandes alturas o en los espacios libres, ni mucho menos.

Pero cuando volvía en sí lamentaba con toda el alma no ser un Águila para remontar montañas, y se sentía tristísima de ser una Mosca, y por eso volaba tanto, y estaba tan inquieta, y daba tantas vueltas, hasta que lentamente, por la noche, volvía a poner las sienes en la almohada.

FIN

Del libro La oveja negra y demás fábulas de Augusto Monterroso.

María Lisboa - Rosario Solano

Mi recomendación musical para esta semana es el fado María Lisboa, interpretada por Rosario Solano, con J. Mª. Cortés (Chemón) a la guitarra y Yorgos Karalis al laúd árabe.


Monday, November 16, 2009

Cuestión de tamaño

Hoy he visto en Microsiervos esta animación comparando el tamaño de varios cuerpos celestes. Mola.


Sunday, November 15, 2009

La cesta

Había una vez un hombre que estaba profundamente enamorado de una mujer. La veía pasar todos los días con una cesta de mimbre colgada del brazo. Él sabía que ella le amaba tiernamente porque nunca le miraba a los ojos. Un día, le pidió matrimonio y ella contestó que sí pero le puso una sola condición: que nunca mirara dentro de la cesta de mimbre hasta que ella le diera permiso.

Así se casaron y fueron muy felices. Pero el marido pronto olvidó su promesa y un día que ella había ido al mercado abrió la cesta. Asombrado, comenzó a reírse. Estaba vacía. Cuando ella llegó los ojos se le nublaron de lágrimas, de alguna manera supo que él había roto la promesa y le miró acusadora y llena de pena.

Él trató de defenderse: “Mujer loca, no había nada allí dentro”.

“¿Nada?”, murmuró ella.

“Nada”, contestó él.

Entonces ella dio la vuelta y empezó a andar hacia el sol poniente hasta que su imagen desapareció entre los rayos anaranjados. Nunca nadie la volvió a ver sobre la faz de la tierra.

No, la mujer no se marchó porque él hubiera roto la promesa, sino porque al mirar en el interior no vio nada. Ella había llenado aquel cesto de cosas hermosas que había recolectado del cielo, polvo de estrellas, rayos de luna, colas de cometas... cosas destinadas a llenarles de felicidad. Cuando él miró y no pudo verlas, ella comprendió que ya no había nada que pudiera hacer y desapareció.

Cuento bosquimano, autor desconocido.

Saturday, November 14, 2009

100 entradas 100

No son muchas, pero qué queréis que diga, un poco de ilusión sí me hace haber llegado hasta aquí. Así que aprovecho para mandar un beso a todos los que habéis leído alguna de estas cien primeras entradas, en especial a Natalia, que ha tenido que esperar pacientemente más de una noche a que las terminara antes de  sentarnos a ver alguna serie; a Clarita, por ser la comentarista número uno; a JoseRa, por los ánimos y ser  el primero en apuntarse de seguidor; a Irene, por incitarme a montar un blog; y, por supuesto, a todos los que alguna vez habéis dejado un comentario.

Nos vemos en la ciento una.

Wednesday, November 11, 2009

Flight of the Conchords

Dentro de la búsqueda para llenar el vacío que me ha dejado acabar la última temporada de Arrested Development he probado con Flight of the Conchords.



La serie que cuenta las desventuras de Jemaine Clement y Bret McKenzie, dos músicos neozelandeses interpretados por los humoristas y músicos neozelandeses Jemaine Clement y Bret McKenzie, y sus intentos por triunfar en la Gran Manzana. Y digo intentos porque su futuro (y su presente) no parece muy prometedor. Eso sin tener en cuenta que como músicos también dejan bastante que desear.

Siempre escasos de dinero, con un desastroso manager y acosados por su única fan, los dos músicos no se rinden y encaran la vida con una actitud entre expectante y resignada que constituye una de las características de la serie: sin lugar a duda Jemaine y Bret son los dos personajes más lacios de la televisión actual. Ese pasotismo, esa actitud ante la vida es lo que les da parte de su originalidad, y la responsable de que o bien simpatices con ellos o bien te resulten cargantes, a veces las dos cosas en el mismo capítulo.

Flight of the Conchords tiene unos diálogos originales y, si comulgas con su sentido del humor, divertidos. Pero sin duda una de las características distintivas de la serie es que en todos los capítulos los protagonistas se marcan un par de canciones (esta vez sí bien interpretadas) compuestas por los propios actores.

La serie ha acabado ya su segunda temporada con bastante buenas críticas en diversos foros, aunque parece que no va a tener una tercera, debido al esfuerzo que les supone a los Jemaine y Bret reales componer nuevas canciones para la serie.

¿La recomiendo? Pues ni sí ni no. Yo la pillé sin saber bien lo que iba a ver y, tras una primera impresión negativa, consiguió engancharme durante gran parte de la primera temporada, hasta tal punto que me dediqué a recomedarla a todas mis amistades serieadictas como una digna competidora de The Big Bang Theory. Pero lo que era original al principio fue volviéndose repetitivo, el pasotismo de los protagonistas pasó de simpático a enervante y las canciones, salvo excepciones, no mantenían el nivel y cortaban la acción del episodio.

Aún así la serie es original, con momentos muy divertidos; merece una oportunidad.

Y por si os ayuda a decidiros os dejo una de mis canciones favoritas de la serie: The Most Beautiful Girl (In The Room).


Tuesday, November 10, 2009

¡Feliz cumpleaños, Barrio Sésamo!

Hoy hace cuarenta años que se emitió el primer episodio de Barrio Sésamo. Cuántas horas de mi niñez frente a la tele viendo discutir a Epi y Blas (¿Estás despierto, Blas?), contar al Conde Draco (¡Ja, ja, ja! ¡Seis murciélagos volando por el castillo!), escuchando a "Gustavo, el reportero más dicharachero de Barrio Sésamo" o aquello de "¿Es un pájaro? ¿Es un avión? No... es... ¡Supercoco!"



Para celebrar los cuarenta años de estos geniales personajes os dejo un sketch de Epi y Blas y otro del Conde Draco. Eso sí, vedlos bajo vuestra responsabilidad. Porque no sé si sabéis que el DVD con las dos primeras temporadas de la serie salió hace un par de años editado en EEUU con la advertencia “Los primeros episodios de ‘Sesame Street’ son para mayores y podrían no ser adecuados para los preescolares de hoy”.

¿Por qué? Pues entre otras cosas porque el Monstruo de las Galletas se come una pipa al final de un skecht (lo que puede inducir a los niños a fumar o comerse las pipas) o porque en un episodio una niñita se va cogida de la mano a casa de un desconocido a tomar leche y galletas.

Lo cuentan, junto con algún otro ejemplo, en The New York Times, y lo reelaboran en Público.