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Sunday, October 31, 2010

El vientre maldito

Pero ahora dejadme cenar aunque sigan mis lutos,
pues no hay nada de cierto más perro que el vientre maldito
que a la fuerza nos hace pensemos en él, por deshecho
que en el alma se esté, por más hondo pesar que se tenga.
Así llena el dolor mis entrañas y él sigue llamando
a comer y beber y me impulsa al olvido de todo
cuanto llevo sufrido hasta ahora y me obliga a llenarlo.

Ulises en La Odisea de Homero.

Saturday, October 30, 2010

Community

Me encanta Community; no había visto seis episodios seguidos de una serie desde Arrested Development.

Y dicho esto, creo que ya ha quedado más o menos claro lo que pienso de sobre la serie. Pero si queréis que os cuente un poco más, adelante.



(SPOILER) Community cuenta la historia de Jeff Winger (Joel McHale), un abogado al que le han impedido seguir ejerciendo, básicamente por carecer de título de abogado. Para poder volver a su profesión se matricula en Greendale,  esperando poder salir de allí lo antes posible. Nada más llegar conoce a la guapa Britta (Gillian Jacobs, posiblemente el personaje más soso de la serie) y pone en marcha su arsenal de seducción. Y si para ello es necesario fingir que sabe español,  se finge. Y si hay que montar un grupo de estudio de español, se monta. (FIN DEL SPOILER)

La serie gira alrededor de un grupo de estudio de español en un desastroso community college. Aunque el personaje principal sea el cínico Jeff Winger, el verdadero peso humorístico de la serie está en el resto de integrantes del grupo: una joven empollona, una promesa del deporte algo torpe que tuvo que abandonar por una lesión, una ama de casa separada, una antigua activista, un magnate sexagenario y maleducado (interpretado por, en pie y saluden, ¡el mismísimo Chevy Chase!) y Abed, un personaje abducido por las películas y series de televisión, digno de competir por el cetro de los tipos raros en comedias con el mismísimo Sheldon Cooper.

Community tiene todo lo que le pido a una serie de humor: veinte minutos de guiones ágiles, buenos secundarios y la capacidad de hacerme soltar una carcajada por episodio. La primera temporada empieza bien y se va superando con el paso de los capítulos, al tiempo que la serie empieza a sacarle jugo a todos los personajes. Pero su culmen se alcanza en un par de episodios en que los guionistas se desmelenan y juegan con la historia a su antojo, como el antológico Modern Warfare, donde una partida de paintball se convierte en un constante guiño a los clichés del cine de acción. Además, personalmente me encantan las despedidas de cada capítulo que hacen Troy y Abed (como la que reproduzco más abajo)

Comminity está ahora al principio de su segunda temporada, que desgraciadamente parece haber bajado el nivel con respecto a la primera. Esperemos que se solucione con el paso de los episodios.

Y si tenéis curiosidad en saber si el grupo saca provecho a sus clases de español, os dejo con este rap con el que se atreven recién empezado el curso:


Y, por si todo lo anterior fuera poco, también me encanta su sintonía:

Thursday, October 28, 2010

15 días

"El triunfo o el fracaso de cualquiera en este pequeño y desastrado planeta se ve probablemente definido por encima de cualquier otra cosa por lo que uno consiga aparentar que es. Y la apariencia que uno logre de sí mismo probablemente dependa, por encima de cualquier otra cosa, del dinero que tenga. Y sin embargo...

Sin embargo un oscuro personaje parece haber vivido durante más de 25 años al margen de toda norma. No se conoce la posesión de una sola peseta en su haber. Ni una sola peseta. Nada en él denota que pueda ser un hombre rico, pero por sus manos han pasado 3 docenas de automóviles, 172 registros oficiales de cambio de vivienda y ha residido en al menos 12 países diferentes del continente europeo. Ha vestido siempre la ropa de los más caros diseñadores, es extremadamente culto y ha convivido con cerca de dos centenares de mujeres diferentes, siempre en periodos de dos semanas. Aparentemente no es nadie, su aspecto es el de cualquiera. No frecuenta el mundo de las finanzas ni el de ningún tipo de élite. Es escurridizo como una anguila y se oculta en el anonimato de la clase media acomodada."

¿Qué hombre puede haber vivido durante más de dos décadas de forma tan extraordinariamente solvente sin poseer el más mínimo rastro de dinero? Ese hombre es Cástor Vicente Zamacois. Esta es su historia.

Con este parlamento se inicia 15 días (2000), de Rodrigo Cortés, uno de mis cortometrajes favoritos, que si no ha caído antes por aquí ha sido por no poder encontrarlo con buena calidad de imagen. Pero ya ha sido suficiente la espera; aunque la imagen no sea perfecta, vale la pena ver este divertido falso documental sobre un pícaro moderno.

Tuesday, October 26, 2010

Flowers - Emilie Simon

La única razón por la que no había compartido con vosotros este vídeo antes es porque estaba convencido de que ya lo había hecho hace tiempo. Hace unos días, cuando hablaba de los Premios Vimeo, decía que para disfrutar un vídeo musical, o te gustaba la canción, o te gustaba el vídeo. Pues Flowers auna una bonita canción con un vídeo atractivo. Que lo disfrutéis.

Monday, October 25, 2010

Algo más de 300

Si hablamos de las Termópilas en seguida evocamos al rey Leónidas y sus 300 espartanos sacrificándose heroicamente para cubrir la retirada de los soldados griegos frente al ejército persa, aquel cuyas flechas nublaban el sol. Nadie suele recordar que junto a los 300 espartanos también se quedaron a luchar y morir 1000 soldados tesalios.

Sirvan estas líneas para reinvidicar a estos mil valientes a los que la historia (o, más bien, la leyenda) ha ignorado.

¿Cónocéis algún otro personaje histórico injustamente olvidado?

Thursday, October 21, 2010

Premios Vimeo: mis impresiones (y algunos de mis preferidos)

Esta última semana he estado viendo los finalistas de los Premios Vimeo en las categorías que personalmente me interesan más: ficción, documental, vídeo musical y animación. Os dejo un resumen de cada sección incluyendo alguno de los que más me han gustado (y que puedan verse sin necesidad de hablar inglés).

Ficción

La categoría con trabajos de más calidad entre las que he visto, y la única en que coincido con el fallo del jurado: Thrush cuenta una historia muy conocida (chico conoce chica, chico rompe con chica, chico lo pasa mal) de manera original. Me es difícil decidir si me gusta más o menos que Apricot (una cena de pareja en el que los recuerdos toman el protagonismo), otra de las agradables sorpresas del concurso. Desgraciadamente no he podido encontrar ninguno de los dos subtitulado, pero quedan apuntados para otra entrega de Los jueves, corto.

Un peldaño más abajo están Nuit Blanche (una escena a cámara lenta, más centrado en deleitarnos con sus imágenes que en narrar una historia) y Notte Sento (dos jóvenes se conocen casualmente y pasan una noche juntos recorriendo Roma).

Y en último lugar en la lista de mis preferencias The Raven: ciencia-ficción que recuerda la estética de Distrito 9, para mi gusto centrándose demasiado en los efectos especiales más que en contar una historia.



Documental

A mi parecer el cortometraje no es el formato idóneo para un documental, que necesita de más desarrollo para exponer su mensaje. Una de las opciones para salvar esto es centrarse en algún suceso con mucha fuerza emocional; justamente lo que ha hecho, Last Minutes with Oden,  ganador también del premio principal del concurso. Desgraciadamente también ha sido el único vídeo en el que no he sido capaz de entender lo que decía el protagonista. Aún así, conociendo el argumento, puede seguirse la historia y emocionarse con las escenas finales.

Pero si buscáis algo que nos golpee el estómago de verdad, debéis ver Pennies Heart, la historia de una niña de dos años que necesita un nuevo corazón para seguir viviendo. Bordeando la pornografía sentimental, es difícil mantenerse impasible viéndolo.

Los otros tres documentales son Shinya Kimura @ Chabott Engineering, sobre un motorista cuya vida gira alrededor de sus motos tuneadas, Schlimazeltov!, una reflexión sobre la buena o mala fortuna, y Facts About Projection, que nos trae los pensamientos del encargado de una pequeña sala de cine. Los tres se dejan ver (especialmente el último), aunque no han terminado de engancharme.


Vídeo musical

Para disfrutar un vídeo musical, o te gusta la canción, o te gusta el vídeo. Y si se dan las dos cosas juntas estamos ante un de mis experiencias audiovisuales favoritas. Desgraciadamente no me gustan ninguna de las cinco canciones finalistas, y de los vídeos sólo se salvan dos: Metronomy "On The Motorway", un entretenido visual a base de brochazos de pintura, y mi favorito, Justice / Lenny Kravitz "Let Love Rule", una pieza cómica que seguiría funcionando independientemente de la canción que la acompañase. Un aviso: no os fiéis del principio, lo bueno no empieza hasta el minuto1:40.



Animación

Lo reconozco: Between Bears, el ganador al mejor vídeo de animación, me aburre sobremanera. Prefiero algo con menos pretensiones como Pixels. O incluso Bottle, la historia de una peculiar relación a distancia, a pesar de ser un poco cursi.

Finalmente Something Left, Something Taken, una historia de misterio de andar por casa con aroma a CSI, es entretenido pero tarda mucho en arrancar, y Coalition of the Willing, panfleto sobre el cambio climático que tal vez habría funcionado en la sección de documental, pero que a mí acabó cansándome cuando aún no llevaba visto un tercio.



Wednesday, October 20, 2010

Nuevas técnicas de manipulación de vídeos

En los últimos días he visto un par de vídeos en Peta Pixel que me han dejado con la boca abierta. Se trata de nuevas tecnologías para manipular vídeos, llegadas ambas de Alemania. La primera consiste en un programa para eliminar ciertos objetos de la imagen en tiempo real.


Y si éste resultaba llamativo, el siguiente entra directamente dentro de la categoría de alucinante: una nueva técnica para modificar el aspecto los actores que aparecen en un vídeo. A partir de la captura de movimientos de un personaje, un programa permite modificar distintos aspectos de su físico: altura, peso, ancho del pecho, cintura o cadera, longitud de las piernas o masa muscular. Prestad atención a los ejemplos que aparecen al final. Igual que ya ocurre con las fotos, pronto no podremos creernos que el aspecto de un actor en pantalla sea el real.



Actualización: Aunque había dicho que conocí los vídeos en Peta Pixel, se me había olvidado poner los enlaces a las noticias. Aquí hablan sobre la eliminación de elementos de la imagen, y aquí sobre el cambio de físico de los actores.

Tuesday, October 19, 2010

El hijo del Rajá y la princesa Labam (cuento de la India)

Un Rajá, que gobernaba una importante provincia de la India, tenía un solo hijo, a quien le gustaba ir de caza diariamente. En una ocasión la Raní, su madre, le dijo:

- Puedes cazar hacia el Norte, hacia el Este y hacia el Oeste, pero nunca se te ocurra ir hacia el Sur.

Dijo esto porque estaba segura de que si su hijo iba en aquella dirección, oiría hablar de la hermosísima princesa Labam y entonces despediríase de sus padres para ir en busca de la bella muchacha.

El joven Príncipe obedeció por algún tiempo el consejo materno, pero una vez, después de recorrer el Norte, Este y Oeste sin haber encontrado un solo animal sobre el cual disparar sus flechas, recordó la advertencia de la Raní acerca del Sur, y decidió investigar el motivo de la prohibición. Sin la más pequeña duda, preparó el arco y penetró en el bosque que se extendía hacia el Sur.

De momento sólo vio una selva muy densa, sin encontrar en ella nada anormal, a no ser una cantidad enorme de loros. A falta de mejor caza, el hijo del Rajá disparó varios dardos contra los hermosos pájaros, que enseguida huyeron a esconderse en los árboles más altos.

En realidad no huyeron todos, pues el viejo Hiraman, que era su rey y a quien los achaques no permitían volar con la misma rapidez de sus súbditos, quedóse en la rama que le servía de trono, y con voz cascada gritó a los fugitivos loros:

- ¡No me dejéis solo, para que sirva de blanco a las flechas del príncipe! ¡Volved enseguida o le contaré a la princesa Labam lo que habéis hecho!

Al oír estas palabras todos los pájaros regresaron junto a su soberano, balbuciendo humildes excusas.

El hijo del Rajá quedóse grandemente sorprendido al oír hablar tan bien a unos animalitos tan pequeños. Decidido a enterarse de quién era la princesa Labam, que tanta importancia parecía tener entre ellos, preguntó a Hiraman:

- ¿Quién es la princesa Labam? ¿Dónde vive?

El rey de los loros no quiso contestar a la pregunta del príncipe, limitándose a decir:

- No te molestes preguntando por la princesa, pues nunca podrás llegar hasta su morada.

El hijo del Rajá trató de obtener más información, pero fue completamente inútil. Al fin, cansado de preguntar, tiró el arco y las flechas y regresó a su palacio, donde estuvo cinco o seis días encerrado sin comer ni beber.

Al fin, comprendiendo que de aquella manera no podía vivir, salió de sus habitaciones y dirigiese a las de sus padres, a quienes anunció que quería ir a conocer a la princesa Labam.

- Tengo que ir -dijo.- Es necesario que la vea. Decidme dónde se encuentra.

- No lo sabemos, hijo -contestaron a la vez el Rajá y la Raní.

- Entonces iré yo mismo a buscarla, -dijo el príncipe.

-No, no -protestó el padre.- No debes dejarnos. Eres nuestro único hijo. Será mejor para ti que no salgas de nuestros dominios, pues nunca lograrás encontrar a la princesa Labam.

- Es necesario que lo intente. Tal vez Dios se apiade de mí y acceda a mostrarme el camino. Si la encuentro volveré con ella a vosotros; pero si muero no volveré a veros. Adiós, padres queridos.

El Rajá y la Raní, vertieron ardientes lágrimas al despedirse del joven. El padre le dio hermosos vestidos, un magnífico caballo, un arco que lanzaba las flechas más de trescientos metros, y un talego lleno de rupias. Cuando el príncipe había montado ya a caballo, acercóse la Raní, y después de abrazarle estrechamente, le tendió un pañuelo lleno de golosinas, diciéndole:

- Cuando sientas hambre, hijo mío, come dulces de estos.

El joven guardó el obsequio de su madre, y conteniendo las lágrimas que pugnaban por brotar de sus ojos, alejóse hacia la ventura.

Al cabo de varias horas de cabalgar a través de una selva virgen, llegó a un estanque bordeado de frondosos árboles. Despojándose de sus vestiduras bañóse en él, y cuando hubo terminado, fue a tenderse a la sombra de uno de los árboles, con la intención de comer alguna de las golosinas que le diera su madre.

Al desatar el pañuelo y coger el primer dulce, vio que una hormiga había empezado a comérselo. En el segundo encontró otra hormiga. Dejó los dos pasteles en el suelo y cogió otro, y otro y otro. Fue inútil; todos estaban como los anteriores.

- No importa -murmuró.- No comeré los dulces. Dejaré que los terminen las hormigas.

Al oír esto, la reina de las hormigas abandonó su pastel y dirigiéndose al príncipe, le dijo:

- Has sido bueno con nosotras; si alguna vez te encuentras en peligro, piensa en mí y acudiré en tu ayuda.

El hijo del Rajá le dio amablemente las gracias, y montando a caballo, continuó el viaje.

Al cabo de varias horas, salió de la selva para entrar en otra más espesa, y después de cabalgar largo rato por ella, vio a un tigre que rugía de dolor.

- ¿Por qué ruges de esa manera? -preguntó el joven príncipe.- ¿Qué te pasa?

- Hace doce años que me clavé una espina en esta pata -contestó el animal.- En todo ese tiempo no ha dejado de dolerme, y por ello me quejo desde que nace el sol hasta que muere.

- Yo te quitaré ese estorbo -prometió el príncipe.- Pero has de prometerme que, cuando te haya curado, no me devorarás.

- ¡Oh, no! No te devoraré. Te suplico que me libres de este dolor tan terrible.

El hijo del Rajá sacó un afilado puñal, y con un rápido movimiento, arrancó la espina. Esta se hallaba tan hundida en la pata de la fiera que, al salir hízole lanzar un rugido tan fuerte, que su hembra lo oyó desde donde se encontraba, y temiendo que algo malo le hubiera ocurrido a su pareja corrió a ayudarle.

El tigre la vio venir y ocultó al príncipe a fin de que ella no le encontrase.

- ¿Quién te ha herido? -preguntó la tigresa. ¿Por qué has lanzado ese rugido tan fuerte?

- No me ha herido nadie -replicó el tigre.- El rugido ha sido de alegría porque el hijo de un Rajá me ha quitado la espina que me clavé hace doce años.

-¿ Dónde está ese príncipe? ¡Quiero verlo enseguida!

- Si me prometes no matarlo, le llamaré.

- Te juro que no le haré ningún daño -aseguró la tigresa.- Sólo deseo conocerle.

El tigre llamó entonces al joven y cuando éste salió de su escondite, la pareja de tigres le saludaron con numerosas demostraciones de afecto. Después le sirvieron una excelente cena. Durante tres días el príncipe permaneció con ellos y cada mañana miraba la herida del tigre. Cuando estuvo completamente cerrada despidióse de sus amigos, quienes le dijeron:

- Si alguna vez te encuentras en peligro, piensa en nosotros y correremos en tu ayuda.

El príncipe prometió hacerlo así y, montando a caballo, llegó a una tercera selva. En ella encontró a cuatro faquires cuyo maestro había muerto, dejándoles en herencia cuatro cosas: una cama que trasladaba de un sitio a otro a quien se sentase en ella; una bolsa que proporcionaba a su poseedor todo cuanto le pidiera, joyas, comida o ropas; un vaso de piedra capaz de ofrecer siempre agua a su dueño, por muy lejos que estuviera de la fuente y un palo y una cuerda a los cuales sólo se tenía que ordenar: "Palo, golpea a todos los hombres que hay aquí, menos a mí" para que el palo golpease uno tras otro, a todos los enemigos, seguido de la cuerda
que los ataba.

Los cuatro faquires se peleaban por éstas cuatro cosas. Uno decía:

- ¡Yo quiero la cama!

El otro replicaba:

- No puede ser, porque la cama es para mí.

Y así por el estilo, sin que, ni por un momento lograran ponerse de acuerdo.

- No os peleéis por vuestra herencia -dijo el príncipe.- Voy a lanzar cuatro flechas. Aquel de vosotros que coja la primera se quedará con la cama. Quien consiga la segunda, tendrá la bolsa. El que me traiga la tercera será el dueño de la taza de piedra y al que se apodere de la última se le dará el palo y la cuerda.

Los faquires se mostraron de acuerdo con estas condiciones y cuando el príncipe lanzó la primera flecha, los cuatro echaron a correr tras ella. Cuando le trajeron el primer dardo, el príncipe lanzó el segundo, y cuando éste también le fue devuelto disparó el tercero y después el cuarto.

Al quedarse solo por última vez, el hijo del Rajá, dejando en libertad a su caballo, sentóse en la cama, cogió la taza de piedra, la bolsa, el palo y la cuerda y dijo:

- Cama, deseo ir al país de la princesa Labam.

La cama elevóse por los aires y voló, hasta llegar al país de la princesa, donde se posó sobre un verde campo. Para asegurarse, el joven preguntó a unos campesinos:

- ¿En qué país estoy, amigos?

- En el de la princesa Labam -le contestaron.

Entonces el príncipe dirigióse a una casa en la que vio a una anciana, quien le preguntó:

- ¿Quién sois y de dónde venís, noble señor?

- Vengo de un país muy lejano, señora -contestó el príncipe, inclinándose respetuosamente ante la anciana.- Ruego que me dejéis pasar aquí la noche.

- No puede ser, noble señor, no puedo permitir que durmáis en mi casa porque nuestro rey nos ha prohibido albergar a extranjeros.

- Por lo menos dejadme estar en vuestra casa hasta que amanezca. Ya es muy tarde y si durmiese en la selva correría el peligro de ser devorado por las fieras.

- Bien, podéis quedaros, pero mañana, a primera hora, os marcharéis, pues si nuestro rey se enterase de que os había dado cobijo, haríame pasar el resto de mi vida en un calabozo.

Dicho esto, la buena mujer entró en su vivienda, seguida del joven y se dispuso a preparar la cena, pero el príncipe la contuvo, diciendo:

- Señora, no os molestéis en preparar comida, seré yo quien os la sirva. Y metiendo la mano en la bolsa dijo en voz baja:

- Bolsa, dame la cena, -y la bolsa sirvió en dos platos de oro los más excelentes manjares que jamás viera la anciana.

Cuando hubieron terminado, la mujer quiso ir a buscar agua para beber y lavarse las manos, mas también ésta vez la contuvo el príncipe, diciendo:

- No os molestéis, bondadosa señora, tendréis tanta agua como queráis. -Y sacando la taza de piedra le ordenó:

- Taza, dame agua.

Inmediatamente se llenó la taza de agua fresquísima que el príncipe vertió en los diversos recipientes. Cuando todos estuvieron llenos, ordenó a la taza que cesase de dar agua, e inmediatamente quedó vacía.

Como la noche ya había llegado, y el hijo del Rajá se extrañase de que la anciana no encendiera ninguna luz, preguntó el motivo de aquella particularidad.

- No es necesario -explicó la mujer.- Nuestro rey ha prohibido que sus súbditos encendamos luces, pues, en cuanto anochece, su hija, la princesa Labam, se asoma al mirador de palacio y, es tanto el brillo que despide, que su luz alumbra todos nuestras casas y calles con la misma fuerza que la del sol.

En efecto, en cuanto cerró la noche, que era oscura como boca de lobo, la princesa asomóse al mirador. Vestía un traje hecho con rayos de luna tejidos por los dioses protectores del país. Alrededor del cuello, la cabeza y el cuerpo, llevaba largas hileras de perlas y brillantes, que, unidos a su belleza, convirtieron en un momento la noche en día claro.

El príncipe contempló embelesado a la princesa y su corazón fue muy feliz.

En voz baja murmuró una y mil veces:

- ¡Qué hermosa es!

A las doce, cuando todos los habitantes de la nación se hubieron acostado, la princesa retiróse a sus habitaciones.

El joven príncipe aguardó hasta que supuso que la princesa se habría ya dormido, y entonces, sentándose en su cama, dijo:

- Cama, quiero que me lleves al dormitorio de la princesa Labam.

Y la cama obedeció inmediatamente, trasladando al príncipe a la habitación donde dormía la bellísima joven.

El hijo del Rajá cogió la bolsa y pidió:

- Quiero un enorme montón de hojas de betel.

Apenas acababa de formular la petición, la bolsa se fue hinchando. En un momento se formó a los pies de la cama, un montón de las hojas pedidas. Entonces el joven sentóse de nuevo en su cama y regresó a casa de la anciana.

A la siguiente mañana los servidores de la princesa encontraron el montón de hojas de betel, y se pusieron a masticarlas.

- ¿De dónde habéis sacado eso? -les preguntó la bellísima muchacha.

- Lo hallamos junto a vuestro lecho -contestaron los criados, que ignoraban por completo la visita del hijo del Rajá.

Entretanto, la anciana fue a despertar al hermoso príncipe, y le dijo muy triste:

- Debéis abandonar esta casa, pues si el rey supiese que he faltado a sus órdenes seguramente me haría matar.

- Hoy me siento enfermo, buena señora -contestó el joven.- Os ruego que me permitáis quedarme hasta mañana por la mañana.

- Bien, -replicó la anciana, que sentía un gran afecto por él.

Aquel día comieron y cenaron de lo que les dio la bolsa encantada. Al llegar la noche la princesa Labam salió al mirador de palacio y el príncipe permaneció todo el rato con la vista fija en ella.

A las doce, la princesa se retiró a su dormitorio, y al poco tiempo, el hijo del Rajá sentóse en su lecho y solicitó ser trasladado al cuarto de su adorada. Una vez en él, pidió a la bolsa el más bello chal del mundo, y como de costumbre, la bolsa obedeció.

Apoderóse el príncipe del chal, que estaba hecho de azul de noche y espolvoreado con estrellitas caídas del cielo, y cubrió con él a la hermosa princesa, que pareció más bella que nunca. Enseguida regresó a la casa donde se hospedaba y durmió hasta el día siguiente.

Al despertarse la princesa y ver el chal, que tan bien armonizaba con su traje de rayos de luna, se sintió muy feliz.

- Mira, mamá -dijo a la Raní.- Este chal tan hermoso debe de habérmelo traído Kuda.

- Sí, hijita -replicó la madre, que también se sentía muy feliz.- Sin duda es un regalo de Kuda.

En aquel mismo instante la anciana que hospedaba al hijo del Rajá le indicó:

- Ahora ya podéis marcharos, noble caballero.

- Por favor -suplicó el príncipe.- Os ruego me dejéis quedar unos días más, pues aún no me encuentro completamente bien. Os prometo no salir para nada de casa, y así nadie me verá.

La anciana, cautivada por las palabras del joven, cedió una vez más.

Aquella noche, lo mismo que las anteriores, la princesa Labam salió al mirador de su palacio. Y asimismo el príncipe estuvo todo el rato con la mirada fija en ella, sintiendo arder su corazón, de amor hacia la hermosa
joven.

A las doce y media, un rato después de haberse retirado la princesa, el príncipe sentóse en su cama y se trasladó al dormitorio de su amada. Al llegar allí, sacando la bolsa, le pidió:

- Bolsa, dame el anillo más precioso del mundo.

La bolsa obedeció, entregando a su dueño una sortija hecha con sol del mediodía y adornada con una estrella de medianoche. El hijo del Rajá colocó suavemente el anillo en la mano de la princesa, mas, en este momento, despertóse la joven y le miró asustada.

- ¿Quién eres? -preguntó.- ¿De dónde vienes? ¿Por qué estás en mi dormitorio?

- No te asustes, hermosísima princesa. No soy un ladrón, sino el hijo de un poderoso Rajá. Hiraman, el rey de los loros de la selva donde yo cazo, me dijo tu nombre e inmediatamente dejé a mi padre y a mi madre para venir a verte.

- Si eres el hijo de un Rajá -murmuró la muchacha, que había quedado prendada del hermoso joven,- no te haré matar, y diré a mis padres que quiero casarme contigo.

Loco de alegría, el príncipe regresó a casa de la anciana; pero era tanta su felicidad, que aquella noche no pudo dormir.

A la mañana siguiente la princesa, que tampoco había podido descansar, dijo a su madre:

- Ha llegado a nuestro país el hijo de un poderoso Rajá y deseo casarme con él. Te suplico por favor que se lo comuniques a mi padre.

- Está bien -asintió el Rajá al enterarse por su esposa del deseo de su hija.- No tengo ningún inconveniente en que ese príncipe se case con mi hija, pero antes ha de hacer lo que yo le diga. Si fracasa le mataré. Voy a darle cincuenta kilos de simiente de mostaza y si no logra extraer en un día todo el aceite que contiene, será decapitado.

Entretanto, el príncipe había despertado y lo primero que hizo fue explicar a la buena mujer que le hospedaba, que pensaba casarse con la princesa Labam.

- ¡Marchaos enseguida de este país y olvidaos de la princesa! -exclamó la anciana.- Muchos Rajás y príncipes han venido a pedir su mano y el rey los ha mandado matar. A todo el que intenta casarse con su hija le impone una serie de condiciones tan terribles que no hay quien pueda cumplirlas. Si intentáis hacerlo moriréis como los demás.

Aunque los consejos de la anciana eran muy acertados, el príncipe no quiso escucharla. Era joven, adoraba a la princesa y nada podía detenerle.

Al poco rato de sostener esta conversación, llegó a casa de la anciana un mensajero del rey, que invitó al príncipe a acompañarle hasta palacio. Allí, el soberano, rodeado de toda su corte, le entregó cincuenta kilos de semilla de mostaza, ordenándole que extrajese el aceite que contenía y se lo llevara a palacio el día siguiente a la misma hora.

- Quien desee casarse con mi hija tiene que hacer cuanto yo le ordene - explicó el Rajá.- Si no es capaz de ello, tengo que matarlo. Por lo tanto, si no consigues extraer todo el aceite de esas simientes, te mandaré decapitar.

Al oír esto y ver lo que abultaban los cincuenta kilos de semilla, el príncipe sintióse muy desanimado, pues comprendió que le sería imposible salir airoso de aquella prueba.

Como no podía hacer otra cosa, cogió la semilla y se la llevó a casa de la anciana. Estuvo reflexionando varias horas acerca de su situación, sin llegar a decidir nada. De pronto, acordóse de la reina de las hormigas, y apenas acababa de pensar en ella la vio aparecer.

- ¿Cuál es el motivo de tu tristeza? -preguntó el animalito

El hijo del Rajá le mostró el montón de simiente de mostaza y replicó:

- ¿Cómo puedo extraer en un día todo el aceite que contiene esta semilla?

Sin embargo tengo que hacerlo antes de mañana, o seré decapitado por orden del Rajá de este país.

- No te preocupes -contestó alegremente la reina de las hormigas.- Ve a tu lecho y descansa. Mientras tanto, entre mis súbditos y yo, haremos ese trabajo.

Confiado en aquella palabra, el príncipe fue a acostarse, y efectivamente, los pequeños insectos extrajeron todo el aceite.

Al otro día, el príncipe se trasladó al palacio del Rajá y le presentó el resultado de la laboriosidad de las hormigas. Pero el soberano movió la cabeza y dijo:

- Aún no puedes casarte con mi hija. Es necesario que antes luches con mis dos demonios y los mates.

Años atrás, el Rajá había logrado cazar en una trampa a dos terribles demonios. No supo qué hacer con ellos, y como temía soltarlos, los encerró en una jaula, esperando que algún día se presentase un hombre lo bastante fuerte para matarlos. Hasta entonces ninguno de los príncipes que intentaron vencerlos lo consiguió, y el Rajá empezaba a temer que, aquellos demonios, se convirtieran en una carga eterna.

Cuando el joven vio a los dos terribles demonios, se dijo:

- ¿Cómo podré vencer a dos seres tan espantosos?

En aquel momento recordó a sus dos amigos los tigres, quienes inmediatamente aparecieron ante él.

- ¿Qué te ocurre? -le preguntó el tigre.

- El Rajá de este país me ha ordenado que luche contra sus dos demonios y los mate. ¿Cómo podré hacer semejante cosa?

- No te apures -contestó la hembra.- Nosotros los mataremos.

En efecto, los dos tigres vencieron en pocos momentos a los demonios, y el Rajá se sintió mucho más tranquilo al verse libre para siempre de la amenaza de los dos demonios.

- Está muy bien -dijo felicitando al príncipe. Mas, para conseguir a mi hija, debes hacer aún otra cosa. En lo alto del cielo tengo un enorme tambor. Es necesario que llegues hasta él y lo hagas sonar. Si no lo consigues, ya sabes lo que te espera.

El joven príncipe recordó enseguida su lecho, y sin perder un minuto, corrió a casa de la anciana que le hospedaba, y sentándose en la cama, ordenó:

- Cama, llévame hasta el tambor del Rajá.

El lecho obedeció en seguida, y a los pocos minutos el príncipe hacía sonar el enorme instrumento.

A pesar de haber oído el Rajá las notas del tambor, no quiso entregar su hija al joven, diciéndole que aún quedaba una última prueba.

- ¿Cuál? -preguntó el joven.

El soberano le cogió de la mano y acompañándole al jardín del palacio, le mostró un grueso tronco, diciéndole:

- Mañana por la mañana deberás partir este tronco con esta hacha de cera.

Esta vez el príncipe quedóse muy triste. No veía solución posible al nuevo problema, pues estaban ya agotados todos sus recursos. Convencido de que al día siguiente iba a ser decapitado, quiso despedirse de la princesa Labam, y por ello, trasladóse a sus habitaciones montado en su lecho volador.

- Vengo a despedirme de ti, hermosa princesa dijo.- Mañana tu padre hará rodar mi cabeza por el suelo.

- ¿Por qué?

- Me ha ordenado que parta un árbol muy grueso con un hacha de cera.¿Cómo podré hacer semejante cosa?

- No te preocupes -replicó la princesa, que habiéndose enamorado del joven no quería dejar de ser su esposa.- Toma este cabello mío y colócalo extendido sobre el filo del hacha. Mañana, cuando nadie te oiga, ordena al árbol: "Déjate cortar por este cabello; te lo manda la princesa Labam".

Al otro día, el hijo del Rajá, siguió las instrucciones de la princesa, y en efecto, tan pronto como el cabello tocó el tronco, éste quedó partido en dos.

Maravillado por todos aquellos prodigios, el Rajá cedió al fin, diciendo:

- Has ganado a mi hija, y puedes casarte con ella.

Al casamiento de los dos príncipes acudieron todos los Rajás de los alrededores, y los festejos duraron varias semanas. Cuando se terminaron, el príncipe dijo a su esposa:

- ¿Quieres que vayamos al país de mi padre?

La princesa Labam aceptó complacida y al poco tiempo los dos esposos partieron hacia los dominios del Rajá.

El padre de la princesa Labam les regaló una enorme cantidad de camellos y caballos cargados de rupias y objetos de oro. También les dio una escolta de numerosos criados que les acompañaron con gran pompa hasta la capital del vecino reino, donde, de allí en adelante, vivieron.

El príncipe conservó siempre su cama voladora, el tazón, la bolsa, el palo y la cuerda; sólo que esto último, como vivió siempre en paz, no tuvo que emplearlo nunca.

Anónimo

Saturday, October 16, 2010

Thursday, October 14, 2010

Reflection (Mood Collection)

Reflection (2010) es uno de los cuatro cortometrajes que integran la serie Mood Collection del joven director francés Paul Mignot, cuyo trabajo ha estado más orientado al mundo de la publicidad, rodando anuncios para Emporio Armani o Nintendo entre otros. Cada uno de los cortometrajes que forman Mood Collection está ambientado en una ciudad distinta, consistiendo (salvo en el caso de Let Her, protagonizado por la actriz Elodie Yung) en imágenes acompañadas de música ambiente, con especial protagonismo del piano.

Reflection es una hermosa colección de escenas de Nueva York, mostrando la ciudad a través, precisamente, de sus reflejos.


El resto de Mood Collection lo forman (pulsa en el nombre para ver el vídeo): Let Her, un atrayente juego entre una hoja de papel y el cuerpo de Elodie Yung, acompañado pensamientos sobre una relación rota; Crisis, una visita a una cuenca industrial semiabandonada en la República Checa; y South Africa Mood, rodada en las calles de Johannesburgo.

Conocí el trabajo de Paul Mignot gracias a Fubiz.

Wednesday, October 13, 2010

No tan mansos

Hablando en nombre de los mansos: en cuanto heredemos la tierra eres hombre muerto.

Shirley en Community E10T01.

Tuesday, October 12, 2010

Ganadores de los Premios Vimeo + Between Bears

Eliot Raush recibiendo su premio de 25.000$.
Acabo de enterarme en PDN Pulse de que recientemente se ha celebrado el Primer Festival + Premios Vimeo. El premio al Mejor Vídeo, una subvención de 25.000$ para un rodar un nuevo proyecto, ha sido para Eliot Rausch por su documental Last Minutes with Oden, sobre el amor incondicional y el apoyo que muestra un perro, Oden, hacia su dueño, un ex-convicto y adicto rehabilitado. Una historia triste, ya que Oden sufre de cáncer y su dueño debe sacrificarlo.
 
Aún no he tenido tiempo de ver los vídeos, así me he limitado a traducir los resúmenes que he encontrado en Gadgetwise. Podéis ver todos los finalistas en esta página. Además, aunque hoy no sea jueves, al final de la entrada he incluido Between Bears, ganador al Mejor Vídeo de Animación.

Los ganadores de la primera edición de los Premios Vimeo han sido:

Ficción:Thrush”, de Gabriel Bisset-Smith y Graham Turner. Una relación (ficticia) de seis meses contada en cuatro minutos a través de fotografías.

Documental:Last Minutes with Oden”, de Phos Pictures. El último día de un fiel perro que ayudó a un ex-convicto a adaptarse a la vida tras la prisión.
  
Vídeo musical:Liars ‘Scissor”, de Andy Bruntel. Un hombre a la deriva en el mar en un bote hinchable tiene problemas con unas piedras. Serios problemas.

Animación:Between Bears”, de Eran Hilleli. Un corto que empieza con una imagen abstracta y evoluciona hacia una tranquila y angulosa poesía.

Serie original:Break-ups: The Series”, de Ted Tremper. Una dura, pero divertida, escena de ruptura improvisada por dos actores. 

Experimental:Oops”, de Chris Beckman. Un amalgama que explora que sucede cuando a un cámara amateur se le cae la cámara (o se caen ellos mismos).

Motion Graphics (diseño gráfico + animación):Triangle”, de Onur Senturk. Breve pero visualmente impactante exhibición del trabajo artístico de Robert Knoke.

Capturas (grabaciones de obras de arte):Fluid Sculpture”, de Charlie Bucket. Luz y líquido pulsando a través de un escultura de tubos entrelazados.

Remix:Breakdown the Video”, de Kasumi. Metraje de los cuarenta y cincuenta remezclados como una reflexión sobre el capitalismo, el ejército de los Estados Unidos y una invasión desde el espacio exterior (con cabezas de perro flotantes).

Para terminar, y como prometí antes, el ganador al Mejor Vídeo de Animación (y el único que los ganadores que había visto anteriormente), Between Bears de Eran Hilleli.


Actualización: En Vimeo ya han actualizado la página del festival con los vídeos ganadores. Además, en buffering tenéis otro resumen un poco más extenso en castellano de los ganadores.

Saturday, October 9, 2010

Identidad secreta

Las supertías... Ellas sólo quieren que conozcas su identidad secreta. Se creen que haciendo eso la relación de pareja se robustece. Y yo les digo "Nena, no tengo interés en qué pasa con tu alter-ego afable y eso. Que vienes y me dices que eres una súper-mega-ultra-chati-relámpago. ¡Pues ya está! Si a mí... me vale. Me vale".

Frozono (identidad secreta Lucio Best) en Los Increíbles.

Wednesday, October 6, 2010

A Gentlemen's Duel

¡Vaya, casi un mes desde el último corto de animación! Pues hay que ponerle remedio, y qué mejor que con  el estupendo A Gentlemen's Duel, dirigido en 2006 por Sean McNally y Francisco Ruiz Velasco. Una producción de Blur Studio, autores entre otros de las secuencias en el espacio de la película Avatar, o del espectacular trailer del videojuego Star Wars: The Old Republic. El corto está en inglés sin subtítulos, pero no es necesario entender el diálogo para seguir la historia.

Una cita para tomar el té se convierte una discusión que sube y sube de nivel hasta que...

Tuesday, October 5, 2010

Negra sombra

Desde que publiqué ayer el fragmento de La sombra y su cazador tengo metida en la cabeza la canción Negra sombra, que Carlos Nuñez grabó en su disco A Irmandade das Estrelas, acompañado por la voz de Luz Casal, y que posteriormente aparecería en la banda sonora de la película Mar adentro de Alejandro Amenábar. Se trata de un poema de Rosalía de Castro al que puso música el compositor Xoán Montés Capón, convirtiéndose en una de las canciones más emblemáticas de la música gallega.

Podéis encontrar el poema de Rosalía de Castro, junto con su traducción al castellano, aquí.

Monday, October 4, 2010

La sombra y su cazador (fragmento)

Según una antigua creencia maya, que se puede encontrar todavía hoy en algunos pueblos apartados de Guatemala, cuando morimos el cuerpo se destruye, pero nuestra sombra permanece sobre la tierra. Las sombras vagan, sobre todo por la noche, un poco perdidas, débilmente conscientes, rodeadas de amenazas. A cada momento pueden toparse con un "cazador de sombras" venido del más allá con unas peculiares armas. Estos cazadores, que son feroces, acosan a las sombras obstinadas, las capturan y las arrastran, a su pesar, a los territorios de la nada.

No obstante, hay un lugar en la tierra, situado precisamente en una montaña de Guatemala, donde las sombras pueden encontrar un refugio contra los cazadores. Se trata de una gruta oscura y profunda, de difícil acceso, cuya entrada, rodeada de plantas espinosas, se encuentra a más de dos mil metros de altitud.

Cuando un cuerpo muere, dondequiera que eso ocurra en la tierra, su sombra se libera de la carne muerta y parte en busca de esa gruta. Avanza por instinto, como las aves migratorias, según unos indicios que solo pueden reconocer las sombras. A lo largo de su camino, que puede durar años, los cazadores las acechan, les tienden trampas y con bastante frecuencia las apresan. Algunas, sin embargo, llegan a buen puerto y se reúnen con las supervivientes en la gruta de Guatemala. Los montañeros que han osado aventurarse hasta el acceso de la gruta (aunque nunca nadie ha entrado en ella) dicen que allí se oye de continuo un tremendo roce, como si hubiera "millones de murciélagos".

De El segundo círculo de los mentirosos. Cuentos filosóficos del mundo entero de Jean-Claude Carriére.

Saturday, October 2, 2010

Secretos de un anuncio de pizza

La cadena Domino's Pizza ha organizado un concurso de fotografías de sus pizzas entre sus clientes. Con motivo del lanzamiento rodaron este curioso vídeo en el que muestran la preparación necesaria para rodar un anuncio.

El vídeo está en inglés sin subtítulos, pero aunque no se domine el idioma vale la pena verlo para descubrir los trucos que hacen que una pizza luzca bien en pantalla.


Vía Peta Pixel.