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Friday, April 30, 2010

El mundo y el pantalón

EL CLIENTE: Dios hizo el mundo en seis días, y usted no es capaz de hacerme un pantalón en seis meses.

EL SASTRE: Pero señor, mire el mundo y mire su pantalón
Samuel Beckett encabezaba con este pequeño chiste su texto El mundo y el pantalón.

Thursday, April 29, 2010

Regaré con lágrimas tus pétalos

Según nos cuenta la sinopsis de Regaré con lágrimas tus pétalos (2003):
"Esta historia se desarrolla en un apacible pueblo perdido entre las montañas. Todo empieza cuando después de una intensa lluvia de verano una gotita de agua cae justo encima de una rosa que vive tranquilamente en el patio de una casa, surgiendo entre estos dos una bonita historia de amor."
Regaré... fue el primer (y, de momento, único) corto a nivel profesional de Juan Carlos Marí Grimalt, profesor del área de comunicación audiovisual y publicidad en la Universidad de Alicante. Según cuenta el autor, tuvo un costo total de 60.000 euros, con 40.000 dibujos, 56 fondos pintados a mano y un equipo de 9 personas en la producción. Participó en numerosos festivales, obteniendo el premio Goya al mejor cortometraje de animación en 2004.


En la página web del corto podéis acceder a más información, incluyendo un making off.

Wednesday, April 28, 2010

The Blower's Daughter - Damien Rice

Una de mis canciones favoritas, puedo recordar perfectamente cuando la escuché por primera vez: se apagaron las luces del cine, empezó a sonar la canción y ahí estaba Natalie Portman, andando a cámara lenta, única entre la multitud. Tal vez no fuera una gran belleza, pero en el momento en que ponías los ojos en ella sabías que era especial.


La escena es del comienzo de Closer (2004), de Mike Nichols. Los casi cinco minutos de la canción se han reducido a poco más de la mitad, pero podéis ver el vídeo oficial de la canción aquí.

Tuesday, April 27, 2010

Cuando todo puede suceder

La verdad es que hay momentos en los que la omnipresente y lógica red de las secuencias causales se rinde, cogida por sorpresa por la vida, y baja al patio de butacas, mezclándose con el público, para dejar que en el escenario, bajo las luces de una libertad vertigionsa y repentina, una mano invisible pesque en el infinito regazo de lo posible y, entre millones de cosas, sólo permita que ocurra una.

Fragmento de Océano mar, de Alessandro Baricco.

Monday, April 26, 2010

La Venganza Catalana

Corría el año 1303 cuando el emperador de Bizancio, Andrónico II Paleólogo, decide tomar a su servicio a una tropa de mercenarios aragoneses, los almogávares. Lo que en un primer momento parecía una decisión acertada derivó en un episodio que entró en la historia negra de Grecia con el nombre de la Venganza Catalana.

Los almogávares eran tropas mercenarias de infantería ligera. Sus miembros habían quedado arruinados debido a las razzias árabes y habían tomado el oficio de las armas, organizando incursiones de pocos hombres en territorio árabe. Poseían lo justo: una camisa, un par de lanzas, una espada corta, a veces un escudo y una gran piedra para encender fuego que golpeaban contra su espada haciendo saltar chispas antes de entrar en combate, mientras entonaban su grito de guerra "¡Desperta ferro!" o "¡Aragón!". Incluso para los estándares de la época tenía que ser un espectáculo impresionante que debía quitar las ganas de pelear a más de uno.

Durante el enfrentamiento entre la Corona de Aragón y el Reino de Sicilia que siguió a las Vísperas Sicilianas, los almogávares jugaron un importante papel desembarcando detrás de las líneas enemigas para dedicarse a la guerra de guerrillas, desviando tropas napolitanas del esfuerzo principal. Cuando acabó la guerra el nuevo rey aragonés de Sicilia se encontró con el problema de qué hacer con estos endurecidos mercenarios sin ocupación que ya empezaban a causar problemas con la población local.

Antes de que la situación se deteriorase más, los almogávares buscaron algún otro gobernante al que ofrecer sus servicios, decidiéndose por el emperador bizantino Andrónico II.  En la elección influyó que su líder, Roger de Flor, tenía un contencioso con sus antiguos compañeros templarios a cuenta de un tesoro que se había extraviado durante el desalojo de San Juan de Acre. Bizancio, por su lejanía, era la opción perfecta, más aún cuando los bizantinos siempre estaban dispuestos a pagar para compensar su endémica falta de soldados.

Los bizantinos, que hacía menos de cincuenta años que había recuperado su capital tras el desastre de la Cuarta Cruzada, estaban sufriendo la constante presión de las tribus turcas en Anatolia. El emperador ofreció a Roger de Flor la mano de su sobrina y el título de megaduque (a los bizantinos les encantaban los títulos rimbombantes). Fundaron entonces la Gran Compañía Catalana y pusieron rumbo a Constantinopla. El rey Federico III de Sicilia estuvo encantado de poner a su disposición barcos para librarse de ellos transportar a 1500 marineros y 4000 almogávares junto con sus familias.

Pronto se dio cuenta Andrónico de la catadura de sus nuevos asalariados cuando, nada más llegar a Constantinopla, se enzarzaron en una batalla campal con la importante colonia genovesa,  no se sabe si buscada o surgida a partir de una riña callejera, que acabó con muerte de 3000 genoveses. Detrás estaba la gran rivalidad entre Génova y Barcelona, enfrentadas por el comercio en el Mediterráneo. Sin embargo, tan pronto cruzó a Anatolia la Gran Compañía demostró su valía en combate. Por tres veces derrotaron a los turcos, siempre en inferioridad numérica y siempre causando grandes bajas al enemigo (no tomaban prisioneros, ejecutando a todo varón mayor de diez años). Destaca especialmente su victoria en Puertas de Hierro, dónde 8.000 almogávares derrotaron a un ejército turco compuesto por 30.000 soldados, causando 18.000 muertos enemigos. Y todo esto sin tener en cuenta que entre combate y combate los almogávares se dedicaban al noble deporte de reñir entre ellos.

Pero en una corte tan aficionada a las intrigas como la bizantina el triunfo no estaba bien visto. Celos al cada vez mayor ascendiente de Roger de Flor, junto con la oposición de los genoveses y los cada vez mayores problemas con la población local (debido a que los almogávares se cobraban saqueando los salarios que el emperador tardaba en pagar) hicieron que se formara una facción opuesta a ellos que incluía al hijo del emperador, Miguel IX Paleólogo.

La gota que colmó el vaso fue el nombramiento de césar a Roger de Flor por Andrónico II, dándole como feudo todos los territorios conquistados en Asia Menor. Temiendo que Roger aprovechara su nueva posición para fundar un reino al margen del imperio (lo que puede que no andase muy lejos de sus intenciones), Miguel IX convocó a un centenar de jefes almogávares a un banquete en Adrianópolis, en el que fueron asesinados por mercenarios alanos junto con los 1000 infantes que les acompañaban. Cuando recibieron la noticia, los almogávares indignados desataron una gran matanza entre los habitantes de Gallipolli, donde se hallaban acantonados.

Si, como parece ser, el plan de los conspiradores era que al asesinar a sus líderes la Compañía Catalana sería fácil de vencer estaban muy equivocados. Al grito de "¡Desperta, ferro!"  se lanzaron contra  el gran ejército que el emperador mandó contra ellos, matando a 26000 bizantinos (la cifra, no del todo fiable, se debe a Ramón Muntaner, cronista de la Compañía que estuvo en la batalla. Según él no se alzaba mano para herir que no diera en carne). Pero la victoria salió cara, sufriendo ellos mismos numerosas bajas. Aún así lograron vencer a otro ejército bizantino, gracias a la incorporación a sus filas de tropas turcas y de mercenarios que abandonaron a sus empleadores bizantinos, siempre con retrasos a la hora de pagar, por la promesa de un suculento botín. Finalmente se hicieron fuertes en Tracia y Macedonia, devastando estas regiones durante dos años en lo que se llamó la Venganza catalana. Su recuerdo perduraría en la memoria de los pueblos de la zona durante siglos, de tal forma que los monjes del Monte Athos llegaron a prohibir la entrada a ciudadanos catalanes hasta hace pocos años.

Además, enterados de que los mercenarios alanos que habían asesinado a sus compañeros habían sido licenciados y volvía a sus casas, los interceptaron y  mataron a todos, respetando sólo la vida de las mujeres. Y, por supuesto, todo lo anterior lo hicieron sin dejar de reñir y enfrentarse entre ellos.

Finalmente sus servicios fueron requeridos por el ducado de Atenas, uno de los reinos francos que había surgido tras la Cuarta Cruzada, para enfrentarse al rey de Tesalia. Pero tras derrotarle, el duque de Atenas se negó a pagar lo prometido (cosa poco inteligente viendo con quien estaba tratando). Los almogávares se rebelaron contra él, derrotándolo y tomando el control del ducado. Poco después conquistaban Tesalia, que convirtieron en el ducado de Neopatria, tomando posesión en nombre de la Corona de Aragón y proclamándose subditos del rey Federico III de Sicilia (y siendo excomulgados por ello). Ambos ducados permanecieron en sus manos hasta 1388-1390.

La venganza catalana escribió un página negra en la historia de Grecia, hasta tal punto que en algunos países balcánicos existe la figuran del Katalan, un guerrero-gigante sediento de sangre que se usa para asustar a los niños. Y aún hoy si un griego quiere maldecir a alguien le increpa: "Así te alcance la venganza de los catalanes".


Actualización: Os recomiendo leer el comentario que ha dejado Alfmogavar, donde explica cómo los términos "Venganza catalana" y "Gran Compañía Catalana" fueron creado varios siglos después de los hechos.


Fuentes:

Saturday, April 24, 2010

Confundiendo prioridades

Vivía tan obsesionada con la vida después de la muerte que  olvidó que lo importante era vivirla antes.
La frase es una reescritura tweet-size del siguiente fragmento del artículo ¿Cuál es hoy el gran cambio cultural? de Eduardo Punset en XL Semanal.
"Contamos con cuarenta años de vida redundante en términos biológicos y, por lo tanto, por primera vez en la historia de la evolución empezamos a explorar si hay vida antes de la muerte y, si la hay, a disfrutarla. Hasta hace bien poco, todo el mundo estaba obcecado únicamente en saber si había vida después de la muerte."

Friday, April 23, 2010

Traumas de guerra

Acabo de leer un dato estremecedor que puede relacionarse con la entrada de esta mañana: tras la guerra de las Malvinas, el número de suicidios entre los veteranos británicos (266) fue mayor que el número de muertos de esta nacionalidad durante el conflicto (253).