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Sunday, February 12, 2012

Amy Mebberson, jugando con princesas y muppets

Ayer pasé un rato muy divertido buceando en el Tumblr de Amy Mebberson, una ilustradora estadounidense que ha trabajado como animadora para Disney y ahora dibuja cómics con personajes de Pixar y Muppets. Una auténtica gozada ir pasando las páginas y ver como combina a personajes de Disney o Jim Henson con otros elementos de la cultura popular como los X-Men, Dr. Who, La guerra de las galaxias o Indiana Jones.

Como siempre, he seleccionado algunos de mis favoritos, pero podéis ver más en su Tumblr, su página en DeviantART o su blog.

The Jones Boys

Gotham City Princesses


Pocket Princesses #2
Starring Tiana and Ariel and nearly ex-sidekicks

Muppet Who Abbey Road

Fozzie Mulder

Lilo Poppins

Piggy Organa

A Starship full of Blues

Tenth Beaker. (sigh)

Ariel Dallas Multipass.. multipass…


Muppet Dr Who


Thursday, February 9, 2012

Paraísos que surgieron del hambre

(Entrada publicada originalmente en Un café con Clío.)

A lot of them
A lot of them, fotografía de Gaurav-P.

La imagen sobre estas líneas está tomada en el cráter del NgoroNgoro, junto al Parque Natural del Serengueti; un paraíso natural, una ventana al pasado de África en el que el tiempo se ha detenido, libre de la mano del hombre. O, al menos, eso es lo que pensaba al contemplar esos hermosos documentales de naturaleza que todos hemos dicho ver alguna vez. 

Sin embargo no es así. Algunos de los parques naturales africanos más conocidos (Serengueti, Masai Mara, Tsavo...) no son la imagen congelada de un pasado inalterado, sino el resultado de una serie de catástrofes que sacudieron a la población africana en el tránsito del siglo XIX al XX.

El siglo XIX parecía estar acabando bien. Precipitaciones más elevadas de lo habitual en la mayoría del continente durante los años que van de 1870 a 1895 habían permitido poner en cultivo nuevas tierras y el aumento de la población. Cierto que el hombre blanco estaba empezando a mostrar su codicia y que continuaba el odioso tráfico de esclavos. Pero las cosechas llegaban con regularidad y zonas que antes eran de subsistencia llegaban al extremo de poder exportar sus excentes.

Y, de repente, todo cambió. Las lluvias comenzaron a disminuir, los lagos bajaron su nivel, los ríos dejaron de desbordarse y zonas como el Sahel, que habían visto un gran incremento de población basado en veinticinco años de buenas precipitaciones, fueron azotadas por continuas sequías. Las cosechas murieron y llegó el hambre. Y una población desnutrida era pasto fácil para las plagas.

Al cólera, tifus y viruela se unió una nueva plaga traída desde Brasil: las pulgas de areia o niguas, unos insectos que viven en climas tropicales y subtropicales y que se introducen en la piel de los pies causando un intenso ardor. Aunque su tratamiento era sencillo, en un primer momento las poblaciones africanas estaban inermes ante una amenaza que desconocían. Hay registros de poblaciones de los Grandes Lagos que habían sido casi exterminadas por la viruela y en las que los supervivientes, los pies invadidos de niguas, eran incapaces de salir a recoger la cosecha, que acababa devorada por nubes de langostas.

Pero, por si todo esto no fuese suficiente, todavía faltaba por llegar la peor de las plagas. Una que ha sido considerada como la mayor catástrofe natural que ha azotado al continente africano.

La peste bovina llegó a África en 1889 a través de mulas importadas por los destacamentos italianos en Eritrea. Antes de que acabase el siglo se había extendido por todo el continente, dejando a su paso un reguero de animales muertos. Se calcula que nada menos que entre el 90 y el 95 por ciento de todo el ganado africano murió entre 1889 y los primeros años del siglo XX. Cabañas de miles de animales quedaron reducidas a unas pocas decenas. La peste no solo afectó a bueyes o vacas, también ovejas, cabras, junto con búfalos, antílopes, jirafas y otros muchos animales salvajes encontraron la muerte ante una enfermedad frente a la que no habían desarrollado defensas.


Ganado sacrificado en Sudáfrica para evitar la expansión de la peste bovina a finales del S. XIX. Además de sacrificios de ganado, Sudáfrica construyó una gran cerca para impedir el paso de animales, con patrullas dedicadas a disparar a todo animal que se acercase. Todo fue en vano.
He encontrado la misma fotografía atribuida a Texas A&M University y al Onderstepoort Veterinary Institute.

 

Al hambre y la muerte se unió además un profundo golpe psicológico para los pueblos que habían hecho del pastoreo su modo de vida. Las relaciones entre sus miembros estaban determinadas alrededor de la posesión de rebaños, cuyo tamaño marcaba el estatus de su propietario. Junto con sus animales, la plaga se llevó por delante los cimientos sobre los que se edificaba su sociedad.

Uno de los pueblos en sufrir este destino fueron los Maasai, que se estima perdieron dos tercios de su población por el hambre y la viruela a finales del siglo XIX. La desaparición de su ganado trajo también otra consecuencia a nivel ecológico. Al pastar el ganado eliminaba los brotes de los árboles cuando apenas asomaban de la tierra. Sin este control natural los campos de pastoreo se llenaron en poco tiempo de arbustos y hierbas altas. Este era el terreno ideal para la expansión de la mosca tsetse, fuente de enfermedades para hombres y ganado. La mosca había sido el gran impedimento para la expansión de muchas comunidades africanas, que habían ganado terreno al insecto lentamente a través de generaciones.

En poco tiempo los animales salvajes, inmunes a las enfermedades que transmite la mosca, ocuparon el terreno que una vez había albergado a prósperas comunidades Maasai. Cuando los conservacionistas europeos vieron aquellos paisajes salvajes creyeron estar frente un pedazo de África que había logrado mantener su esencia desde el origen de los tiempos. A partir de este error se crearon algunos de los parques naturales más famosos de África, paraísos que surgieron de la enfermedad y el hambre.


Notas:
  • Dos de las plagas a las que hemos hecho referencia, viruela y peste bovina, han sido las primeras enfermedades infecciosas que se han considerado erradicadas gracias a la acción del hombre.
  • El estado en que se encontraban las poblaciones nativas debido a las hambrunas y plagas de finales del S. XIX está considerado como uno de los factores que permitieron a las potencias europeas repartirse el continente africano con relativamente poco esfuerzo. Frederick Lugard, un nombre fundamental en la expansión del imperialismo británico en África, escribió sobre la enorme devastación que la peste bovina había causado en el continente "que difícilmente puede exagerarse". Según él, la peste "ha favorecido nuestra empresa. Tan poderosas y belicosas como eran las tribus de pastores, su orgullo ha sido humillado y nuestro progreso facilitado por este horrible visitante. La llegada del hombre blanco no podría haber sido tan pacífica de otra forma".
  • Los últimos Maasai del Serengueti fueron expulsados a mediados del siglo XX no por el hambre ni las plagas, sino por las autoridades coloniales británicas con el fin de preservar el parque.

Fuentes: Aunque he picoteado algo de Wikipedia, el grueso del texto proviene de Africa: A Biography of the Continent, de John Reader.

    Monday, January 30, 2012

    Los glamourosos años 60 de Kevin Dart

    El artista norteamericano Kevin Dart decidió dedicarse a la ilustración cuando en unas vacaciones descubrió una pila de viejas revistas LIFE de los años sesenta en casa de sus padres: "Recuerdo sentir que no había nadie que pudiera compararse con los antiguos ilustradores de esas revistas. Después de eso, empecé a investigar y estudiar más ilustradores clásicos hasta que se convirtió en un completa obsesión".

    Este amor por la estética más glamourosa de los años sesenta se desprende de muchos de sus trabajos. Por ejemplo, en este estupendo anuncio para la firma de gafas Persol, codirigido con Stéphane Coëdel.




    Tras un paso por Nintendo, Kevin Dart dejó los videojuegos por la animación, con trabajos en Disney, Pixar y Cartoon Network. Entre sus trabajos se cuenta además un anuncio para la promoción de las Olimpiadas de Londres 2012 en la BBC o carteles para la gira del grupo No Doubt.



    Uno de sus trabajos más destacados es la creación de Yuki 7 and the Gadget Girls. Yuki es una atractiva agente secreta, fruto de su devoción por las películas de espías de los 60. Concebida como "una serie de películas ficticias que, de haberse realizado, hubieran sido las mejores películas de espías jamás realizadas, llenas con increíbles escenas de persecuciones, asombrosos vestuarios y decorados y hermosas mujeres", Yuki 7 acabó como libros de ilustraciones para los que contó con la colaboración de varios artistas.

    Para la presentación de los volúmenes de la serie, Kevin dirigió, también con Stéphane Cöedel, unos cortos a modo de trailers de películas protagonizadas por Yuki 7: A Kiss from Tokio y Looks That Kill, la segunda y más conseguida que podéis ver a continuación, seguida de algunas muestras más del talento de Kevin Dart como ilustrador.

















    Fuentes: La información sobre Kevin Dart la he sacado de una entrevista que concedió a Grain Edit. Los trabajos que aparecen aquí provienen de la página de Yuki 7 en Vimeo, además de la antigua página web de Kevin Dart, que ha sido sustituida por su página en Tumblr.

    Wednesday, January 18, 2012

    Con la deuda no se juega: Egipto 1882

    (Entrada publicada originalmente en Un café con Clío.)

     
    Hoy quiero contaros una historia en la que el responsable de hundir la economía deja su cargo, y no solo sale indemne sino que además se lleva una buena indemnización, en que unos países acaban dictando la política de otro en nombre del déficit y en la que ciudadanos hartos de sufrir las consecuencias de una crisis de la que no son responsables protestan pidiendo más democracia. ¿La Europa de nuestro tiempo? No. Egipto a finales del siglo XIX. Para que luego digan que la historia no se repite.


    El sueño de Ismail

    Ismail Pacha
    Ismail Pachá. Autor desconocido.

    Desde 1863 gobernaba Egipto Ismail Pachá, nieto de Mehmet Alí, un soldado albanés albanés que había sabido maniobrar para hacerse con el poder en los convulsos tiempos que siguieron a la retirada del ejército napoleónico. Mehmet había convertido a Egipto en una potencia local, que seguía bajo soberanía turca solo nominalmente.

    Ismail había continuado y acelerado el programa de reformas de su abuelo,  con el objetivo de poner a Egipto al nivel de las países europeos: "No somos un país de África, sino un país de Europa", decía. Al mismo tiempo extendía sus fronteras hacia el sur, con el sueño de construir un nuevo imperio egipcio que se extendiese a lo largo del Nilo, desde el nacimiento hasta su desembocadura.

    Pero todo esto costaba dinero. Mucho. E Ismail, aunque culto y trabajador (pasaba todos los días entre ocho y doce horas diarias en su despacho dedicado a los asuntos de estado), tenía un importante defecto: no entendía nada de economía. Y otro aún mayor: elegía para representarle a personas aún más incapaces (o corruptas).




    El fantasma de la deuda

    Un ejemplo lo tenemos cuando delegó en su ministro Nubar Pachá que renegociase las desfavorables condiciones de la concesión del canal de Suez, cuya construcción se había iniciado bajo el gobierno de su antecesor. A cambio de una pequeña parte de los beneficios, Egipto había renunciado al control del canal y las fértiles tierras que lo rodeaban durante noventa y nueve años, además de proporcionar el agua, los materiales y, más importante, mano de obra barata para su construcción (se calcula que más de cien mil egipcios murieron en el proceso).

    Construcción del canal de Suez.

    Pero Nubar no solo no logró mejorar las condiciones, sino que además Egipto se vio obligado a pagar 4 millones de libras a la empresa concesionaria de las obras. No pudo llegar en peor momento. El costoso programa de reformas se había emprendido confiando en los altos precios  que el algodón, principal exportación egipcia, había alcanzado por la Guerra de Secesión estadounidense. Pero cuando los precios volvieron a bajar la economía egipcia se encontró sin posibilidad de financiar los nuevos graneros, carreteras o puertos que eran el orgullo de Ismail. Eso sin hablar de sus sueños expansionistas.

    Al rescate acudieron los inversores europeos, contentos de prestar dinero a un país amigo. A cambio, eso sí,  de un interés bastante alto. Pero todo el dinero que se conseguía con la venta de bonos, Ismail lo gastaba a manos llenas, lo que acababa en la necesidad de nuevos préstamos hasta que acabó siendo evidente para todos que el país se deslizaba inevitablemente hacia el colapso económico.

    ¿Qué hicieron entonces las potencias europeas? ¿Negociar un plan de rescate? ¿Una moratoria o disminución de los exhorbitados intereses hasta estabilizar la economía de un país amigo?


    El adiós de Ismail

    Evidentemente no. En su lugar forzaron al sultán otomano, aliviado de que por una vez el problema de la deuda lo tuviera otro, a destituir a en 1879 a Ismail Pachá y nombrar en su lugar a su hijo Tewfik como nuevo Khedive (gobernador). Un cargo que no iba más allá del nombre, ya que el gobierno efectivo del país se dejó en manos de ingleses y franceses en lo que recibió el nombre de control dual, y cuya principal misión fue que no dejase de fluir dinero hacia los bolsillos de los propietarios de bonos egipcios.

    Los últimos días en su cargo fueron de mucho trabajo para Ismail. No debió de ser fácil decidir qué mujeres de su harén debían acompañarle al mismo tiempo que se dedicaba a saquear minuciosamente los tesoros de varios palacios egipcios para llevárselos a su exilio en Nápoles. Y por si eso no era suficiente, además las potencias europeas le concedieron un subsidio de 2 millones de libras por las molestias (no sé a vosotros, pero a mí esto de culpables de hundir un país o una empresa que no sólo se marchan de rositas sino que además se llevan una buena indemnización me suena bastante actual).


    Rebelión y intervención armada

    Llegados a este momento no es de extrañar que surgiera una respuesta. Varios oficiales egipcios se rebelaron y tomaron el poder en 1882, recibiendo el apoyo tanto de las clases ilustradas como del pueblo llano, que veía como el fruto de su trabajo se iba en impuestos cada vez mayores. Entre los propósitos de los sublevados estaba eliminar de los altos cargos a la corrupta élite de origen otomano y convertir Egipto en una monarquía parlamentaria de corte europeo.

    Pero las potencias sólo vieron en el cambio de gobierno una amenaza a la continuidad del pago de la deuda, aún más cuando el nuevo gobierno suspendió la ley según la cual la mitad de los ingresos del estado egipcio debían dedicarse a este fin.

    Francia y Gran Bretaña emitieron una dura nota de amenaza, que sólo consiguió provocar una ebullición del sentimiento nacionalista egipcio. A partir de ahí la tensión de dejó de aumentar, más aún cuando los dos países enviaron barcos de guerra al puerto de Alejandría para forzar la renuncia del nuevo gobierno. La visión de la flota inflamó a la población de la ciudad, que se lanzó a la persecución de los europeos y sus colaboradores, dejando a su paso medio centenar de muertos. Dos semanas después buques británicos bombardeaban la ciudad.

    Imagen de Alejandría tras el bombardeo británico de 1882 (fuente).

    Finalmente, el 14 de septiembre de 1882 tropas británicas derrotaban al ejército egipcio en Tel el-Kebil. A los podos días entraban en El Cairo y devolvían el poder a su legítimo propietario, el Kedhive Twefik.


    Epílogo

    Aunque nominalmente el poder volviera al Kedhive, en la práctica Egipto se convirtió en un protectorado británico. Una situación inicialmente concebida como provisional, hasta que el país se estabilizase (y se garantizase el pago de la deuda, claro), pero que finalmente se prolongó hasta su independencia en 1922.

    La cuestión egipcia se convirtió en un asunto incómodo para el gobierno británico, condicionando su política en África durante los años siguientes. Además es considerado como uno de los hechos que acabó desencadenando la carrera por el reparto de África que estaba a punto de desatarse.

    Aunque nada de esto debió resultar de gran importancia para los ciudadanos egipcios, que siguieron pagando con su sudor la deuda creada por un gobernante incapaz que terminó sus días rodeado de lujos en Europa.



    Fuentes:

    Friday, January 6, 2012

    Indefensión aprendida

    Hace unos días visitaba el blog Trafegando ronseis cuando me encontré con este vídeo. En él lo que parece una profesora induce en algunos de sus alumnos una indefensión aprendida. ¿Y qué es eso, os preguntaréis? Justamente eso mismo hice yo, me puse a buscar por la red y, casualidades de la vida, ese mismo día coincidí con una médica y le pregunté al respecto. Pero mejor veis primero el vídeo:


    Curioso, ¿verdad? Al menos así me lo pareció a mí. Y como curioso y curiosidad comparten la misma raíz, pues ahí que me lancé a buscar por la red qué era eso de la indefensión aprendida. En la Wikipedia hispana no había nada, pero sí cuenta con un artículo en la inglesa. Aunque si no queréis leer en inglés, en la primera página de búsqueda en Google se encuentran estas notas y esta entrada que dicen más o menos lo mismo, aunque yo me he guiado por Wikipedia para escribir esto.

    Resumiendo, la indefensión aprendida surge cuando estamos sometidos a una situación incómoda o dolorosa ante la que nos parece que no podemos hacer nada. Como es inútil luchar dejamos de hacerlo, y aunque más adelante nos surja la ocasión de cambiar las cosas ya no nos molestamos en intentarlo, hemos asumido que así es como son las cosas.

    El término surge a finales de los sesenta a partir del trabajo de Martin Seligman y Steve Maier. Estos realizaron una serie de experimentos en perros. Se dividían los animales en tres grupos y se colocaban en un arnés. A los del Grupo 1 simplemente se les dejaba allí por un tiempo. Los perros del Grupo 2 recibían descargas eléctricas que podían detener activando una palanca. También los del Grupo 3 recibían descargas, pero su palanca era inútil. No dejaban de recibir los calambres hasta que su pareja del Grupo 2 no activaba la palanca. No tenían ningún control sobre el estímulo, que para ellos se detenía de manera aleatoria.

    En la segunda parte del experimento, los perros eran dejados en una plataforma y recibían nuevas descargas, pudiendo librarse de ellas saltando a un nivel inferior. Mientras que los perros de los Grupos 1 y 2 escapaban al castigo, los del Grupo 3 permanecieron tumbados en el suelo, gimiendo. Aunque podían escapar fácilmente, habían aprendido que no podían hacer nada por evitar el castigo y ni siquiera lo intentaban.

    En la página de Wikipedia podéis leer sobre experimentos posteriores, incluso uno con bebés (no os asustéis, no les daban descargas, consistía en poner en marcha un móvil sobre la cuna), que daban similares resultados.

    De todas formas, como uno no puede creerse todo lo que lee por la red (no, niños, ni siquiera en Wikipedia), aproveché que estuvo en casa de visita una médica para preguntarle sobre el tema. En efecto, conocía el término y me comentó que al explicárselo a ella habían puesto como ejemplo situaciones de maltrato, en las que la víctima acaba pensando que es inútil resistirse y acaba dejando de buscar la posibilidad de escapar.

    Para terminar, una nota positiva. Los experimentos comprobaron como aproximadamente un tercio de los individuos (perros o personas) sometidos al experimento seguían intentando evitar la situación desagradable a pesar de todo. Al estudiar qué rasgos compartían estas personas que no se rendían, se comprobó que eran los más optimistas.

    Así que ya lo sabéis, aprended a mirar el mundo con mejores ojos. Disfrutaréis más la vida y si os llega una racha adversa seréis capaces de salir de ella cuando vuelva a aparecer la posibilidad.

    No te rindas. Sonríe.

    Just A Smile, fotografía de Kevin Ng.

    Tuesday, January 3, 2012

    Un café con Clío

    Hace un tiempo os comenté que estaba repensando el blog. Fruto de esas cabilaciones fue que los cortometrajes se independizaran de La canción y surgiese Los jueves, corto. Ahora es otro pedacito el que deja el barco. Uno que, aunque tenía bastante descuidado, no dejaba de ser una de las razones por las que había empezado el blog.

    Hoy ha comenzado su andadura Un café con Clío, un blog de Historia que, como dice en su primera entrada:
    "quiere ser una recopilación informal de los acontecimientos o personajes que más me han llamado la atención en mi lecturas históricas, dejando también espacio de cuando en cuando para la mitología. Todo a un nivel sencillo, como se podría contar en una charla de café en la que una silla estuviera reservada a la musa de la Historia."

    Estáis todos invitados. Espero que os guste.




    Monday, January 2, 2012

    Celestino V, el Papa que renunció

    De entre la larga lista de nombres que han ocupado la silla de San Pedro, uno de los que cuenta con una historia más curiosa es Celestino V. Ocupó el cargo durante sólo cinco meses en el año 1296 y ha sido uno de los pocos (hay quien dice que el único) papas en renunciar a su puesto por propia voluntad; un puesto al que nunca aspiró y que no hizo mas que traerle desgracias.

    Antes de conocer su historia debemos ponernos en antecedentes. Durante gran parte de su existencia el papado unió bajo su mitra dos aspectos bien distintos: uno espiritual y otro eminentemente mundano como era ser la cabeza de los Estados Papales. Durante siglos los Papas fueron uno más entre los actores que conspiraban y guerreaban entre sí por la hegemonía de la península italiana, una de las zonas más agitadas de la Edad Media.

    En los años previos a la entronización de Celestino V el asunto más candente en la zona era la lucha que llevaba a cabo la Casa de Anjou, de procedencia francesa y que reinaba en Nápoles, contra la Corona de Aragón a cuenta de la isla de Sicilia. Este enfrentamiento tenía su reflejo directo en el cónclave que había de elegir al nuevo Papa, dividido entre pro-franceses y pro-aragoneses, ninguno con los votos suficientes para imponer a uno de sus candidatos.

    Así fue pasando el tiempo, hasta que tras dos años separarse y volverse a reunir, los cardenales aún no habían sido capaces de elegir un nuevo Papa. Las presiones para que tomaran una decisión fueron incrementándose hasta que finalmente optaron por el comportamiento habitual de la curia en estos casos: si no podemos ponernos de acuerdo, optemos por alguien de fuera.


    Retrato de Celestino V por 
    Giulio Cessare Bedeschini (Wikipedia)
    El elegido fue Pietro Angeleri di Murrone, un monje de 79 años con fama de santidad (se decía de él que cierta vez en la corte de Gregorio X había colgado su hábito de un rayo de sol), que había vivido retirado del mundo durante más de sesenta años. Cuando le comunicaron su nombramiento su reacción no fue ya de sorpresa, sino de absoluto pavor. Pietro, un alma simple que no tenía más deseo que permanecer lo que le quedaba de vida retirado en su ermita, se encontraba de repente al frente de la Iglesia.

    Tras un prolongado retiro dedicado a la oración, finalmente Pietro aceptó el nombramiento, siendo coronado con el nombre de Celestino V. El nuevo Papa estuvo desde el primer momento sometido a la influencia de Carlos II de Anjou, que lo llevó con él a Nápoles. Un ejemplo de lo fuera de lugar que se sentía Celestino V en su nueva situación fue que mandase construir en el palacio donde residía una pequeña celda de madera donde poder encontrarse cómodo.

    Pero Celestino no se engañaba, para él era obvio que carecía tanto del conocimiento como de la habilidad para gobernar la Iglesia y sus estados. Así que a los cinco meses de su coronación reunió a los cardenales y les comunicó la decisión de abdicar. Fue la primera vez que un Papa renunciaba a su título por propia voluntad.

    Pero si Celestino V pensaba que volviendo a ser Pietro podría regresar a la añorada sencillez de su hermita estaba muy equivocado.

    El culpable fue el verdadero hombre fuerte de la Iglesia en ese momento, el cardenal Benedetto Caetani. Hijo de una aristocrática familia romana, era todo lo contrario que al hasta entonces Papa. Frente a la espiritualidad de Celestino, Benedetto era un hombre ambicioso, perteneciente a la facción francesa de la Curia que había sabido aprovechar la estancia del Papa en Nápoles para hacerse con el poder.
     
    Retrato de Bonifacio VIII,
    autor desconocido (Wikipedia).
    Fue Benedetto el que engrasó la maquinaria que permitió la abdicación y, en un cónclave que sólo duró un día, su nombramiento como sucesor con el nombre de Bonifacio VIII. Pero el nuevo Papa tenía muchos enemigos, empezando por el pueblo que adoraba a Celestino V como a un santo y que no podía asumir que un Papa pudiera renunciar en vida. Incluso empezó a circular la leyenda de que Bonifacio había hecho instalar unos tubos en la celda de su antecesor mediante los cuales le hablaba mientras dormía, haciéndose pasar por la voz de Dios y pidiéndole que renunciase.

    Así que con el temor de que sus opositores usaran la figura de Celestino V como bandera de enganche, Bonifacio optó por llevarlo consigo a Roma por la fuerza. Pero Pietro no estaba dispuesto a acabar sus días en un palacio, fuera como Papa o como prisionero, y se las apañó para  huir a su ermita donde fue recibido con gran alborozo. Y cuando los hombres del Papa vinieron a prenderle, el octogenario monje huyó a las montañas, donde vivió escondido durante meses  antes de que lograran apresarle.

    Fue enviado al castillo de Fumone donde vivió encerrado los meses que le quedaban de vida. Aunque aún le quedó un pequeña victoria póstuma. Cuando tras ser capturado fue llevado a presencia de su sucesor se cuenta que formuló una profecía: "Llegaste como un zorro, reinarás como un león y morirás como un perro".

    Y así fue, aunque esa ya es otra historia.

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    Fuentes:

    Para esta entrada he seguido básicamente el relato del papado de Celestino V que hace John Julius Norwich en su libro The Popes: A History. También he ojeado la entrada sobre Celestino V en la Enciclopedia Católica, que se adentra más en la vida de Celestino antes de ser elegido Papa y pasa un poco más de puntillas con respecto al comportamiento que tuvo con él Bonifacio VIII.

    Norwich sostiene que Celestino V fue el único Papa en renunciar voluntariamente a su corona, aunque tanto en la Enciclopedia Católica como en otras páginas se indican más casos (1, 2 y 3).

    Finalmente también he consultado la entrada de Wikipedia sobre el cónclave de 1292-94.