A cuenta de la polvareda levantada por los chistes de Ricky Gervais en la gala de los Globos de Oro, me he acordado de esta serie que protagonizaba el cómico británico. Coproducida por la BBC y HBO cuenta con dos temporadas de seis episodios cada una más un especial.
Extras es la historia de dos... pues eso, de dos extras que van dando tumbos de producción en producción sin conseguir nunca más que aparecer de simples figurantes. Maggie (Ashley Jensen) es una chica un poco simple que, aunque no está contenta de la vida que lleva, tampoco le pide mucho más. En el otro extremo está su amigo Andy (Ricky Gervais); un perdedor que se decidió tarde por la interpretación, pero que está convencido de su valía. Andy quiere ser actor, y el su primer objetivo, e hilo conductor de la primera temporda, es conseguir un papel con frase. Esto da lugar a algunos de los mejores momentos cómicos de la serie, siempre y cuando seas capaz de aguantar la vergüenza ajena ante un Gervais que no duda en hacer la pelota o humillarse hasta el ridículo ante directores, estrellas o cualquiera que piense que pueda ayudarle.
Pero el principal gancho de la serie son los actores invitados. En cada episodio aparece un famoso que se interpreta a sí mismo. O, mejor dicho, a una versión exagerada de sí mismo. Por ejemplo, en el primer episodio vemos a un Ben Stiller convertido en una caricatura de divo con grandes humos que quiere ganar prestigio dirigiendo su primera película. Y en la lista aparecen también una Kate Winslet dando consejos sobre sexo telefónico, un Orlando Bloom al que Maggie hace dudar de su encanto o un Daniel Radcliffe desesperado por demostrar que ya no es un niño.
Las estrellas invitadas son al mismo tiempo lo mejor y lo peor de la serie. Mientras que a veces son capaces de regalarnos grandes momentos cómicos (mi favorito cuando Sir Ian McKellen explica a Gervais su método para interpretar a Gandalf en El Señor de los Anillos), cuando el invitado es un personaje local el interés del capítulo decae bastante.
Peronalmente la primera temporada me pareció, salvo algún altibajo, bastante divertida. Pero en la segunda el nivel bajó bastante, aunque antes de contaros por qué tengo que poner una alerta de spoiler.
<INICIO DE SPOILER>
Al final de la primera temporada Andy finalmente ve realizado su sueño: ha logrado vender la idea de una teleserie en la que interpretará uno de los personajes. Pero como pasa en muchos cuentos, cuando el protagonista cumple sus ilusiones se da cuenta de que no eran como había soñado: su papel es el del típico personaje-caricatura restringido a una coletilla graciosa. Llega la fama pero acompañada del desprecio de sus compañeros de oficio. Andy pasa la temporada intentando ganar el respeto perdido, pero ya no es lo mismo, ya no tiene tanta gracia; la empatía que despertaba como perdedor no consigue trasmitirla como triunfador descontento. Tal vez porque, como me recordó un amigo al hablarle de la serie, aquí perdonamos todo salvo el éxito.
<FIN DE SPOILER>En definitiva, una serie que merece un vistazo si comulgas con el humor de Gervais, aunque sólo sea a los episodios donde aparece algún actor que os guste. Y mucho mejor si es en la primera temporada.
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